Caacupé: Corrupción generalizada provoca heridas sociales

    Asunción, IP.- El administrador diocesano de Villarrica, Waldemar Sánchez, mencionó que el país tiene muchas heridas sociales, frutos de la ausencia del Estado, el desinterés de las autoridades de turno, o por la corrupción generalizada, que necesitan ser cambiadas. Fue durante el quinto día de novenario en honor a la Virgen de los Milagros de Caacupé.

    El tema desarrollado en la Basílica de Caacupé este sábado por el presbítero Waldemar Sánchez, fue “Jesús llama a los jóvenes a un seguimiento por el camino de la cruz”.

    En la oportunidad, habló de las heridas del pasado que la sociedad ya no quiere vivir en el presente y mucho menos en el futuro, específicamente de la dictadura que tanto daño causó y cuyas consecuencias se siguen viviendo actualmente.

    Sobre el punto mencionó que “tenemos tantas heridas sociales como la inseguridad de todo tipo, la violencia, la miseria, la pobreza, los secuestros, la falta de trabajo digno y la oportunidad para todos, frutos por una ausencia del Estado o el desinterés de las autoridades de turno, o por la corrupción generalizada estas heridas necesitan ser sanadas en la cruz de Cristo”.

    Por otro lado, dijo que no existe la vida cristiana sin la cruz, instando a no dejarse llevar por los vicios, las preocupaciones, los excesos y por el dinero.

    Al respecto manifestó que “Jesús nos exhorta hoy a estar prevenidos y a orar incesantemente a fin de poder seguirlo por el camino de la cruz».

    En otro momento hizo un mea culpa, trayendo a colación las heridas eclesiales propias de la debilidad humana pero también de unas estructuras caducas que necesitan ser cambiadas, fruto de una iglesia que mira a sí misma y que su preocupa más del confort a que a salir al encuentro de la ovejas perdidas.

    “Si queremos seguir a Cristo necesariamente debemos seguir sus pasos. El mismo nos ha dicho, el que quiera seguirme niéguese a si mismo tome su cruz y me siga. Esto implica que no hay una vida cristiana sin la cruz, esta afirmación puede parecernos pesada muchas veces, hasta tal punto a querer renunciar las cruces de cada día”, reflexionó finalmente.

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