Cabildo expone grabados de Miguela Vera

Asunción IP.- En la Sala de Exposiciones Temporales del Centro Cultural de la República El Cabildo se encuentra habilitada una muestra de grabados de la artista paraguaya Miguela Vera, quien fuera nieta de una de las residentas y su abuelo luchó en frente uruguayo y quedó preso en Montevideo.

Diana Báez Vera  hija de la artsta manifestó, “La mujer era su tema, para ella la mujer era el pilar de todo, no solo de la familia, sino de un país también, en esta muestra veo reflejada la vida de mi mamá, no solo de cuando vivía aquí, también de su vida en Argentina”.

Por su parte Ida Martínez, directora de Espacios Museísticos de El Cabildo, explicó. “Estamos exponiendo la colección que donaron sus hijas y que consta de 27 obras. Además, en carácter de préstamo estamos exponiendo algunas matrices en madera y una mesita que ella utilizó para hacer una matriz. También tenemos tres esculturas que fueron donadas por sus hijas”.

Sobre Miguela Vera

Doña Miguela Vera, nacida en Asunción en 1920, más de cincuenta años dedicados al arte es toda una vida entregada a una causa, especialmente cuando, al final de esa vida, la artista observa que, para cumplir la misión que se ha propuesto, necesitaría muchísimos años más. Miguela Vera, grabadora dotadísima, vivió la mayor parte fuera de su país dedicada a dar cuenta, en los distintos salones del norte argentino, de las distintas manifestaciones de la cultura popular paraguaya. Nos legó, así, uno de los más importantes registros gráficos, sino de esa corriente. La mirada de la artista que era- cargada de profunda humanidad.

Vino al final de su vida a morir en su país y en la ciudad que le viera nacer ochenta y cinco años antes. Lo suyo fue el grabado y, especialmente, el grabado en madera, el xilograbado adoxilogrolor que, aplicado a sus trabajos, la convertían en una consumada pintora excelente dibujante y ojo atento a lo esencial, registró con su lápiz inquieto, buceando  en su memoria, las imágenes que más le habían impactado cuando pasara los años su infancia y primera juventud en ese Paraguay del que jamás estuvieron ausentes sus afectos.

Obras

En los trabajos de Miguela hay, registrados por igual, dolor y alegría y, con mucha  frecuencia, añoranza, saudade. Los paisajes, los tipos humanos, las escenas cotidianas y los ritos y costumbres registrados conforman una galería más o menos completa del país de su infancia y de sus amores perdidos al salir, junto a su esposo, hacia Argentina, quizás no se lo propusiera jamás Miguela, pero su mano firme, su trazo fuerte, su estilo carente de retórica y de excesos, sobrio en sí mismo, y la elección de los temas convierten sus grabados realistas en un catálogo de ensoñaciones magistrales cargadas de lirismo y de añoranza, fantásticas escenas registradas por Augusto Roa Bastos en las mejores páginas de Hijo de hombre o de El trueno entre las hojas. Ambos, contemporáneos, cargan consigo en otras tierras la memoria de lo que fueron y la esperanza de lo que el Paraguay podrá ser.

Miguela Vera falleció en el año 2005, pero grabó para nosotros de manera realmente magistral lo que su memoria le dictaba cuando estaba lejos del Paraguay, nuestra historia, la esencia misma de que somos y de lo que podemos ser.

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