“Carmen” y “Ravelero” deslumbrarán en concierto de la OSN 

Asunción, Agencia IP.- La Orquesta Sinfónica Nacional del Paraguay ofrecerá su gran concierto de temporada en el Teatro del Hotel Guaraní (Independencia Nacional equina Oliva), este miércoles 1 de diciembre, a las 20:00 horas, con acceso será libre y gratuito hasta llenar aforo.

El espectáculo estará bajo la batuta del maestro Willaim Aguayo, la OSN interpretará “Carmen”, de Georges Bizet (Francia), con arreglos y orquestación de Rodion Shchedrin (Rusia); y “Ravelero”, de Herminio Giménez, con la participación especial del solista de violín, el paraguayo Gustavo Barrientos.

Para disfrutar mejor del espectáculo se recomienda llegar 30 minutos antes de la hora de inicio y así garantizar el acceso a la sala, pues por disposiciones del Gobierno las puertas del teatro se cerrarán al completarse el aforo permitido, de 400 personas.

La prestigiosa obra Carmen (Bizet – Shchedrin)

Amor, celos, asesinato y todos los ingredientes musicales juntos.

“Carmen”, de Georges Bizet (1838-1875), con el trabajo del compositor ruso Rodion Shchedrin brilla con una luz aún más extravagante que en la propia ópera. La pieza requiere una orquesta de cuerdas completa, acompañada no por vientos o metales, sino por un sorprendente 47 instrumentos de percusión, capturando en esta inusual orquestación el fervor y el frenesí erótico original de Bizet.

La música sigue vagamente la trama de la ópera de Bizet: Don José, un soldado, está siendo incitado a casarse con la huérfana Micaela. Pero cuando conoce a la seductora chica de los cigarrillos, Carmen, se siente cautivado por ella, incluso cuando ella sigue atormentándolo. Sus afectos nunca son lo suficientemente extravagantes para los gustos de ella, e incluso después de que él deja sus deberes militares para estar con ella – llegando incluso a dejarla escapar del arresto, lo que lo envía a la cárcel él mismo – Carmen sigue siendo falsa; se enamora del torero Escamillo, y José la asesina por celos.

En la partitura del compositor ruso la música es vertiginosa, deslumbrante, y a veces absurda; con todas las características de la propia ópera de Bizet. Cabe señalar que Shchedrin creó este arreglo para su esposa, la bailarina Maya Plisetskaya. Con un poco de imaginación, es posible ver cómo estos trece movimientos, tocados sin pausa, podrían ser fácilmente tan efectivos para los bailarines como lo fue el original para los vocalistas.

La introducción prepara el escenario con indicios del famoso tema de la habanera, puesto en marcha por campanas y cuerdas. Esta paz, sin embargo, no dura mucho, interrumpida por la poderosa introducción de la Danza. En la ópera, esta música es el Intermezzo del cuarto acto; aquí, es simplemente son melodías para una danza alegre y feroz, ayudada por el uso más que juicioso de las castañuelas. Luego aparece el elegante Primer Intermezzo, con el tema principal de la marimba. El efecto es a la vez cómico y luego misterioso, ya que el motivo del Destino de la ópera aparece por primera vez, acompañado de interrupciones similares a la guillotina por la parte de los instrumentos graves de la orquesta. Por primera vez en la obra, se recuerda al oyente el brutal resultado del amor de José por Carmen, y la música simplemente se desvanece.

El Cambio de Guardia establece un tono completamente diferente: un redoble de tambor, casi burlonamente digno abre esta procesión, conduciendo no a una marcha majestuosa sino a una vertiginosa asamblea de soldados y luego tambaleándose en el borde del burlesque.  Sigue con la entrada de Carmen y su famosa Habanera; aquí el tono se vuelve dramático, reflejando las formas seductoras de la protagonista. La tensión se disuelve exponiendo un tema más romántico.

Quizás aquí podamos ver a Carmen a través de los ojos amorosos de José y un repentino choque contra la Habanera. Continúa con el final del segundo acto de la ópera y el pizzicati de las cuerdas dando la sensación de que algo misterioso está en movimiento. Esta es la sección más larga de la obra, aparte del final, y el tiempo abarca desde el amor (marcado por exuberantes cuerdas) hasta la perdición (un retorno del motivo de la guillotina) y una nota final de drama.

El Segundo Intermezzo alivia la tensión con su corta y dulce presentación del intermezzo al acto III; luego, el Bolero interrumpe con la famosa Farandole de L’Arlésienne, otra obra escénica de Bizet. Este es uno de los dos segmentos del ballet extraídos de la música fuera de la partitura de Carmen. Inmediatamente después, Shchedrin se lanza al tema del Torero, música para Escamillo quea pesar de su ostentosa instrumentación, todavía se las arregla para dar un paso animado (como cualquier buen torero). En esta parte Carmen se une a Escamillo.

El sombrío tema del Destino regresa, esta vez en el Adagio, seguido por la inocente Canción de la Flor de José en alabanza a su amor. Pero Carmen sigue maquinando y en La Fortuna las cartas le presentan la ominosa noticia de que no sólo la matarán a ella, sino que también morirá Don José.

A partir de aquí, todo queda en manos del destino, y no hay mucho más que hacer que repetir la música de la obra en un colorido final. Esta sección final es esencialmente un resumen de seis minutos de la ópera, recorriendo temas conocidos y desconocidos antes de volver al círculo completo de la tañida, prometiendo fragmentos de habanera del principio de la pieza.

FUENTE:  Jessica Schilling (Editora asistente de la revista Hollywood Bowl).

Ravelero (Poema Sinfónico para violín y orquesta.) – Herminio Giménez

El poema se inspira en un típico personaje popular del Paraguay: El “ravelero”, violinista de imperfecta técnica que ejecuta en un instrumento de rústica factura, el rabel. Personaje infaltable en las fiestas pueblerinas, al son de cuya música el pueblo de solaza.

Una melodía popular nacional sirve al autor del tema para urdir la trama sonora; la ejecuta el primer violín en dobles cuerdas, en los primeros compases, para luego ir cambiando este tema musical, en las voces de las flautas, clarinetes y finalmente las cuerdas, en pleno desarrollo del tema propuesto.

En un momento de la exposición temática, el violín ejecuta una serie de estudios técnicos, que surgieron el esfuerzo del músico agreste por perfeccionar su mecanismo tosco, por mediación de la disciplina pedagógico-instrumental, a los efectos de elevarse a planos de mayor capacitación.

 Este esfuerzo meliorista es resultado de la conciencia que el músico tiene de su inadaptación a una época en que el progreso relega a situaciones incómodas a los instrumentistas de escaso bagaje técnico, y a la necesidad de adecuarse al ritmo del progreso que avanza en todos los órdenes de la cultura.

La segunda parte de la obra ya enfrenta al violinista, evolucionado por el mayor tecnicismo, con una concepción moderna del fenómeno estético; pero sin olvidar su condición primigenia de “rabelero”, con raíces nutridas en la tradición popular. Este contacto con la fuente originaria de su vocación artística, se hace patente en la obra, con la reaparición del motivo inicial de dobles cuerdas, destacando la una expresión folclórica y autóctona que culmina en una cadencia en la que el violín hace una exposición resumida del poema.

El autor logra traducir finalmente el tema tratado, con la oposición de los dos temas: Uno vernáculo, popular, y otro técnico, pedagógico; disipando cautamente el riesgo que significa para todo folklorista, en presencia de la orquesta sinfónica, dejarse llevar por las reminiscencias de tecnicismos y escuelas europeas.  De este modo la obra nos brinda un producto noble y depurado. El protagonista está presente en todo momento a través de los perfiles sonoros y rítmicos, impregnándolos de su personalidad.

FUENTE: José Fernando Talavera

William Aguayo – Director de Orquesta

Inició sus estudios musicales en el conservatorio “Agustín Barrios”, de Caacupé, con la guitarra clásica. Tomó clases de violín y viola dentro del proyecto Sonidos de la Tierra, con el Profesor Miguel A. Echeverría. Estudió Armonía y Composición con los Maestros José Luis Miranda (Paraguay) y Ángela Chae (Corea). Se formó en dirección orquestal con destacados Maestros como: Miguel A Gilardi (Argentina), Luigi Pistore (Italia), Dominique Fanal (Francia), Christian Birnbaum (Austria), entre otros.

Adquirió experiencia con el Maestro Luis Szarán y estando al frente de agrupaciones como: Orquesta de Cámara de Caacupé, Orquesta de la Facultad de Bellas Artes de Ciudad del Este, Orquesta Juvenil de Asunción y Orquesta de Cuerdas de Formosa (Argentina).

En Paraguay fue director invitado de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA), la Orquesta Sinfónica Nacional del Paraguay (OSN), y la Orquesta de Cámara de la Municipalidad de Asunción (OCMA). Del mismo modo dirige regularmente la Mega Orquesta de Sonidos de la Tierra y la Orquesta H2O, agrupación con la que realizó giras y presentaciones por varios países.

Recibió importantes distinciones como: “Joven destacado de la Ciudad de Caacupé” (2012), por la Municipalidad de dicha ciudad; “Embajador Turístico de Paraguay”, por la SENATUR; y es “Artista para la Paz” de la UNESCO.

Actualmente es director de la Orquesta Juvenil de Asunción (OJA), de H2O Sonidos de la Tierra y la Orquesta Filarmónica de Caacupé; también es miembro del Consejo de la Juventud del Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas. Igualmente se desempeña como Asistente de Dirección de la OSN desde el año 2017.

Gustavo Barrientos (Violín – Paraguay)

Comenzó sus estudios de violín con Miguel Ángel Echeverría. Integró la Orquesta Juvenil de Asunción (OJA), siendo solista con dicha agrupación en conciertos realizados en Asunción, en el Salón Dorado del Teatro Colón de Buenos Aires (Argentina) y en los festivales de Cascavel (Brasil).  Participó en cursos de perfeccionamiento en Curitiba (Brasil), con Elisa Fukuda y David Taylor y Manfred Kramer; también aprendió Música de Cámara con integrantes del Cuarteto Municipal de Sao Paulo. Estudió en Campinas (Brasil) con Yang Liu y Emerson di Biaggi (Música de Cámara). Igualmente tomó clases de perfeccionamiento de violín con Fernando Hasaj, de la Camerata Bariloche, en Buenos Aires (Argentina), y en Hamburgo (Alemania), con Thomas Brandis (concertino de la Filarmónica de Berlín). Durante el año 2008 realizó estudios en Berlín con el violinista Götz Bernau, donde también integró conjuntos de cámara realizando conciertos por ciudades alemanas. Integró la Berliner Symphoniker, en su gira por ciudades argentinas. Además, estudió en la Universidad de Berlín (Hanz Eisler) con Stephan Picard.

Realizó presentaciones de música de cámara en Asunción, como así también en ciudades del interior del Paraguay y Brasil (Curitiba y Campinas). También articipó de conciertos con la Orquesta de Jóvenes Latinoamericanos y la Orquesta Simón Bolívar (Caracas) Venezuela, bajo la batuta del Maestro Gustavo Dudamel. En el 2006 fue profesor de violín del Conservatorio Municipal de Asunción Agustín Barrios del Instituto Municipal de Arte (IMA).

Fue preparador la Orquesta Mundial de Sonidos de la Tierra (Weltweite Klänge), bajo la batuta del Maestro Luis Szarán, en los años 2010 – 2013; con esta agrupación realizó giras y conciertos por Argentina, Alemania, Austria, Brasil, Índia, Inglaterra, Itália, Paraguay, Portugal, Suiza y otros.  Entre los años 2005 y 2017 fue instructor de cuerdas en el proyecto Sonidos de la Tierra (Paraguay). Se desempeñó como solista con las orquestas más importantes de Asunción. Actualmente es el Concertino de la Orquesta Sinfónica Nacional de Paraguay (OSN). Igualmente integra la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA), y la Orquesta de Cámara Municipal de Asunción (OCMA).

También es miembro del ensamble Sonidos de Paraqvaria, cuya labor consiste en el rescate y la difusión de la música de las reducciones jesuíticas.

Además, es docente en la Licenciatura en Música de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte (FADA), de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).

Compartir: