Chiquitunga se convierte en la primera beata paraguaya

Foto IP Paraguay

Asunción, IP.- María Felicia de Jesús Guggiari, más conocida como «Chiquitunga», se convirtió en la primera beata paraguaya, en una multitudinaria ceremonia que se realiza en el estadio del Estadio General Pablo Rojas, del club Cerro Porteño.

Desde tempranas horas una gran cantidad de personas provenientes de las localidades del interior del país llegaron con sus grupos religiosos para participar de la fiesta mariana.

La ceremonia de beatificación está presidida por el cardenal Angelo Amato, delegado del papa Francisco, siendo la última misión como prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos.

Con la ceremonia culmina la aprobación del decreto firmado por el papa en marzo que reconocía el milagro requerido para finalizar el proceso que la convertirá en la primera beata de Paraguay.

El milagro que se le atribuye a «Chiquitunga» implica a un recién nacido en 2002 que presentó complicaciones en el parto y que estuvo 20 minutos sin signos vitales tras cortar el cordón umbilical.

La misa cuenta con un gigantesco retablo diseñado y fabricado por el artista plástico Koki Ruiz, a base de unos 70.000 rosarios donados por fieles de todo el país.

De la actividad participan el presidente de la República, Horacio Cartes, la vicepresidenta Alicia Pucheta de Correa y el mandatario electo, Mario Abdo Benítez, además de otras altas autoridades.

«Chiquitunga» nació en Villarrica en 1925, con el nombre de María Felicia Guggiari Echeverría, y falleció a los 34 años, en 1959.

Trabajó en la catequesis con niños, con jóvenes trabajadores, universitarios con problemas, con los pobres, enfermos y los ancianos. Lo hizo en Villarrica y también en Asunción.

En agosto de 1955 respondió al llamado que Dios, lo hizo para ingresar a la vida contemplativa, en el Carmelo de Asunción.

Las carmelitas descalzas de Asunción recuerdan que, «en los cuatro años que la querida hermana vivió entre nosotras, se caracterizó por su gran espíritu de sacrificio, caridad y generosidad, todo envuelto en gran mansedumbre y comunicativa alegría».

Ingresada en un hospital debido a una hepatitis que contrajo, fallece el 28 de marzo de 1959, un domingo de Pascua, con 34 años de edad.

Sus últimas palabras fueron: “Papito querido, ¡qué feliz soy!; ¡Qué grande es la Religión Católica!; ¡Que dicha el encuentro con mi Jesús!; ¡Soy muy feliz!» y “Jesús te amo. ¡Que dulce encuentro! ¡Virgen María!”

El 13 de diciembre de 1997 se inició su proceso de beatificación.

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