Nueva York.-Suele ser un acontecimiento que los jefes de Estado y Gobierno esperan con ansias para lucirse en un estrado mundial abarrotado de espectadores y para ejercitar la “rosca” política en reuniones formales con colegas, incluso improvisadas en pasillos. Pero la Asamblea General de las Naciones Unidas, que comienza este martes en Nueva York, es ahora bastante diferente porque asistirán solo unos 80 mandatarios de un foro de 193 miembros.
Muchos prefirieron, ante el formato híbrido instalado por el Covid, pronunciar su discurso por video desde sus respectivos países.
Entre los ausentes figuran el presidente Alberto Fernández –que canceló su viaje tras el resultado de las PASO–, el líder francés Emmanuel Macron, el cubano Miguel Díaz-Canel, el mexicano Andrés Manuel López Obrador, el salvadoreño Nayib Bukele y el nicaragüense Daniel Ortega, entre otros.
Aunque será una cumbre “achicada”, no está exenta de expectativa y controversia: el presidente de Estados Unidos Joe Biden ofrecerá su primer discurso ante este foro sin el brillo que esperaba, envuelto de un fuerte disgusto de Europa por un reciente pacto de la Casa Blanca con Australia y Gran Bretaña y también por el retiro apresurado de las tropas estadounidenses Afganistán.
Además, las autoridades de Nueva York están temerosas de que los visitantes y sus comitivas –aunque reducidas– generen un nuevo pico de contagios en la ciudad. Reclaman a las delegaciones que estén vacunadas, aunque no pueden exigirlo dentro del ámbito de la ONU, donde no tienen injerencia. Se instaló una van en la puerta del edificio internacional, donde se hacen test rápidos y se aplican vacunas monodosis gratis.
El brasileño Jair Bolsonaro, que como la tradición indica será el mandatario que abrirá la sesión de discursos, dio la nota al publicar en las redes fotos comiendo pizza en un puesto callejero de Manhattan ya que, como se niega a ser vacunado, no puede ingresar al interior de los restaurantes de la ciudad que exigen que sus clientes estén inmunizados.
El foco de la Asamblea estará en el primer discurso que el presidente estadounidense dará en este foro, que era resistido y desvalorizado por su antecesor, Donald Trump.
Biden, que fue bienvenido por buena parte del mundo como un hombre que restauraría la confianza en el liderazgo de Estados Unidos y repararía las alianzas dinamitadas por Trump, tiene trabajo que hacer para intentar restablecer algunos de los lazos que recientemente dejó maltrechos.
Es que el presidente llega a la cita mundial con un fuerte escepticismo y hostilidad por ciertas acciones que impactaron a nivel global como el retiro apresurado de tropas de Afganistán; su política de acaparamiento de vacunas contra el Covid mientras el mundo sufre escasez; la deportación forzosa de migrantes haitianos de estos días, y el nuevo pacto con Australia contra China que enfureció a Francia y la Unión Europea.
Se estima que Biden, en su discurso de este martes, buscará focalizarse en la donación de vacunas, en los esfuerzos por combatir el cambio climático y el rol de la democracia en el mundo. Si bien no recibirá las burlas que sufrió su predecesor Trump en este foro, es posible que tenga una recepción más fría de lo que esperaba.
“El presidente llevará el mensaje de que terminar la guerra en Afganistán cerró un capítulo enfocado en la guerra y abrió otro enfocado en una diplomacia estadounidense efectiva e intensa, definida por el trabajo con aliados y socios para resolver los problemas que no pueden ser resueltos por la fuerza militar”, dijo un funcionario de la Casa Blanca.
Instalado en New York desde el lunes por la noche, Biden ya comenzó a pavimentar su viaje con una reunión con el secretario general de organismo, Antonio Guterres. Luego del encuentro, Biden afirmó que Estados Unidos comparte y tiene un “fuerte compromiso” con los “valores y principios” de Naciones Unidas.Clarín.