Con influjo de samba carioc y candome africano, el carnaval llega al Cono Sur

Montevideo.- Desde el estilo sambero de Paraguay hasta la influencia del candombe africano en Uruguay, pasando por una fiesta de orígenes andinos en Chile, los países del Cono Sur celebran el carnaval con una impronta propia.

Si bien en Chile y Paraguay la fiesta ya comenzó su retirada, en Argentina y Uruguay se vive estos días su momento de mayor esplendor.

En Argentina, la tradicional fiesta tiene lugar cada sábado y domingo, aunque su colofón final se da entre hoy y este martes, dos días que fueron restaurados como festivos en 2011, cuando se decretó así con el objetivo de fomentar el turismo.

Concretamente, en Buenos Aires la fiesta se vuelca a las calles, donde la espuma de colores y la música de las murgas son las protagonistas del festejo.

En este sentido, son cerca de 30 los desfiles o corsos que recorren la ciudad.

Otro de los emblemáticos festejos del carnaval argentino se celebra en Gualeguaychú, en la provincia de Entre Ríos, donde cada año miles de personas disfrutan del «corsódromo» que se instala allí, por donde se realizan desfiles con carrozas, coreografías y disfraces cosidos a mano.

Aunque Uruguay inició la fiesta el 19 de enero, su carnaval -considerado el más largo del mundo- sigue en pleno curso y también llegará a su punto máximo el 27 y 28 de febrero, principalmente con la expansión de esta fiesta a las localidades del interior del país.

En este sentido, el foco estará puesto en las ciudades de Melo (Cerro Largo), Artigas (Artigas) y el balneario La Pedrera (Rocha).

En cada uno de estos tres puntos se llevarán a cabo actividades carnavalescas que van desde fiestas con música y alcohol en La Pedrera hasta el desfile de escuelas de samba de Artigas, que cuenta con un jurado y el reconocimiento a las mejores agrupaciones.

Una de las señas de identidad del carnaval uruguayo son sus raíces africanas, que salen a la luz durante el desfile de Llamadas, cuando las comparsas de negros y lubolos se vuelcan a las calles con sus tambores, para hacer vibrar a uruguayos y turistas al ritmo del candombe.

Por otra parte, el carnaval chileno se remonta a los orígenes andinos y prehispánicos, sobre todo en las ciudades de Arica e Iquique, al norte del país.

Arica, una ciudad situada cerca de la frontera con Perú, es donde tuvo lugar, entre el 10 y el 12 de febrero, el carnaval más grande de Chile y el tercero de Suramérica.

Allí participaron 63 comparsas con unos 10.000 bailarines y músicos de Chile, Perú y Bolivia, que congregaron a más de 150.000 espectadores.

Paraguay, en tanto, vive el carnaval con un estilo sambero, que mantiene muchos parecidos con la fiesta brasileña.

El carnaval paraguayo llegó a su fin este pasado domingo en Encarnación (al sur), luego de un mes entero de fiesta, plumas y desfiles de carrozas ante miles de visitantes locales y extranjeros.

A Encarnación, capital turística de Paraguay, llegaron unas 12.500 personas cada fin de semana de febrero, según señalaron a Efe fuentes de la comisión municipal de ese lugar.

Desde 2014 la ciudad cuenta con un sambódromo, lo que convirtió al carnaval de Encarnación en el tercero en magnitud, después de los brasileños de Río de Janeiro y San Pablo.

La ciudad de Villarica, al centro de Paraguay, es otro de los lugares donde se desarrolla con fuerza el carnaval, aunque menos multitudinario que el de Encarnación.

Allí también hay un sambódromo, que durante un mes se inundó de corsos y carrozas. EFE

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