Continuidad en la inversión y universalización del acceso a la tecnología, lecciones de Estonia para Paraguay

Asunción, IP.- En el marco del seminario internacional “Paraguay: Futuro del Aprendizaje con Tecnología», el experto de Estonia, Liinar Viik, expuso la experiencia de su país en la incorporación de la tecnología en la educación y la sociedad, remarcándose las lecciones de continuidad en la inversión y la universalización del acceso.

El experto indicó como un momento clave en la inversión en tecnología como política pública en Estonia fue cuando se dieron cuenta que el único lugar donde las personas podrían acceder al conocimiento de la tecnología era la escuela, y que por eso se creó la fundación Tigerleap, un organismo no gubernamental y sin fines de lucro, que apuntó a este objetivo.

El propósito fue dotar de equipamientos para el acceso a internet a las escuelas y que una de las premisas fue la universalización del acceso, llegando incluso a instituciones educativas de pequeñas localidades donde el número de alumnos llegaba a menos cinco, según refirió. El acceso se expandió incluso a toda la sociedad, mediante una política de puertas abiertas a estas herramientas tecnológicas.

«Hoy, 15 años después, el primer ministro de Estonia es un graduado de TigerLeap Foundation», destacó el experto como indicador de la universalización de este programa. Actualmente, la contribución de la tecnología digital en Estonia, alcanza indirectamente el 15 por ciento de la economía.

Evaluando la experiencia de Estonia, el representante del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Ramón Iriarte, indicó que en Paraguay también se tiene una larga experiencia de inversión en tecnologías en la educación pero que se observan ciclos de inversión que tienden a disminuir y a retomarse posteriormente.

«Lo que podemos aprender de Estonia es la continuidad, porque si hubiésemos dado continuidad a muchos programas de capacitación, becas, e incorporación de la tecnología, hoy estaríamos mucho más adelante», dijo durante su participación en en panel.

Indicó que en Paraguay existe todavía una gran asimetría entre zonas geográficas y en ese sentido señaló la necesidad de fortalecer toda la infraestructura tecnológica, tanto para la conectividad como para el acceso igualitario.

Otro elemento clave para capitalizar de la experiencia de Estonia, según Iriarte, es la integración y articulación estratégica entre varios sectores, así como la necesidad de lograr una «sensibilidad social» del impacto que puede tener la inversión en tecnología. «Este es un punto clave también para trabajar en la apropiación social de la tecnología, para que el ciudadano común entienda hacia donde le puede llevar todo este camino», dijo.

En este mismo panel habló Miguel Brechner de la experiencia en Uruguay del programa Ceibal, implementado desde 2006 para dotar de infraestructura tecnológicas a las escuelas del país y que a la fecha tiene más de 800.000 dispositivos entregados a los estudiantes uruguayos.

«Lo que logramos en esta primera etapa es construir infraestructura», dijo Brechner, al tiempo de demostrar el gran impacto que ha tenido el programa en la reducción de las asimetrías tecnológicas en los últimos diez años. Al 2017 se ha logrado una equidad casi total en las personas de hasta 65 años, contrastando con la realidad que se tenía hace diez años en el país, según refirió.

Finalmente destacó la importancia de tener una organización institucional separada del Gobierno porque contribuye a la toma de decisiones de manera ágil y con un mayor nivel de eficiencia. El programa Ceibal cuenta con financiamiento público, sus directivos son designados por el Poder Ejecutivo, pero mantienen un importante nivel de independencia en cuanto a los proyectos emprendidos.

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