Contundentes señales del gobierno paraguayo alientan lucha regional contra el terrorismo

Asunción, IP.- La decidida política del actual gobierno paraguayo contra el crimen organizado trasnacional, así como los golpes asestados a la red de narcotráfico en los últimos meses, son señales alentadoras para encarar una lucha regional frontal, que involucre también a los Estados Unidos, contra las redes de financiamiento del terrorismo en la triple frontera, según un artículo de la revista estadounidense Foreing Policy.

La revista bimestral destaca que poco después de que su nuevo presidente, Mario Abdo Benítez, prestara juramento el 15 de agosto, Paraguay ha demostrado resultados impresionantes en la lucha contra el narcotráfico, así como en la persecución de figuras señaladas como financistas del grupo terrorista Hezbolá, que tiene a la triple frontera como su principal zona de operaciones en la región.

El artículo destaca las órdenes de arresto emitidas contra Assad Ahmad Barakat, un financista de Hezbolá sancionado por los Estados Unidos en 2004, y de Sobhi Mahmoud Fayad, un segundo financista del grupo extremista también sancionado por el gobierno norteamericano.

«Asunción es clave para el éxito de los esfuerzos internacionales, dado que las redes de Hezbolá han centrado su esquema de lavado de dinero basado en el comercio, principalmente en el lado paraguayo de la triple frontera. El gobierno de Abdo parece estar decidido a cambiar la política sobre el crimen organizado en contraste con la renuencia de sus antecesores a luchar contra las finanzas terroristas y el lavado de dinero», dice el artículo cuya versión en inglés está disponible en la web de Foreing Policy.

El material destaca que el actual gobierno paraguayo ha hecho de la lucha contra la delincuencia organizada trasnacional un tema central, siendo un tema señalado por el presidente Abdo en su discurso inaugural y, fundamentalmente, en el fuerte respaldo observado hacia las instituciones estatales para el combate las redes de narcotráfico.

«Los resultados han sido impresionantes: durante los primeros meses de la presidencia de Abdo, las operaciones antinarcóticas de Paraguay obtuvieron importantes éxitos, las ‘mulas’ de la cocaína han sido repetidamente capturadas en el aeropuerto de Asunción y figuras del submundo, vinculados a los carteles brasileños, fueron aprehendidas», resalta el artículo.

Este cambio significativo que se empieza a observar en la política paraguaya tomará sin embargo tiempo, aclara Foreign Policy, teniendo en cuenta que el presidente Abdo lleva apenas cuatro meses en el cargo mientras que las redes regionales de Hezbolá son múltiples, complejas y están enredadas con las estructuras de poder locales.

Es por eso que considera que las medidas operativas que adopta Paraguay podrían tener un mayor impacto si el gobierno las implementa junto con sus vecinos, Argentina y Brasil, además de la colaboración de los Estados Unidos, ya que este último tiene más inteligencia sobre el terrorismo y su financiamiento que cualquier otro país, además de unos programas de sanciones financieras de alcance global.

El artículo también destaca el rol que desempeñan Brasil y Argentina en este proceso y la favorable convergencia generada en la región luego de la elección de nuevos presidentes que han creado un entorno más constructivo para la acción conjunta, especialmente después de que el nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, asuma el cargo en enero. «Hay indicaciones claras de que este trío de presidentes planea cumplir con los compromisos previos», afirma.

Finalmente el texto sostiene que Washington debe asumir el desafío y garantizar que sus socios regionales estén plenamente comprometidos con el objetivo de cortar la línea de vida financiera de Hezbolá, que ha sido una prioridad de seguridad nacional de los Estados Unidos durante décadas. «Una alineación inesperada de prioridades ha colocado a Washington en la misma página que los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay. Ahora es el momento de lanzar una ofensiva total», concluye.

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