Washington.-El nivel de empleo en Estados Unidos aumentó en julio, ya que las empresas añadieron 943.000 puestos de trabajo. La tasa de desempleo, ,por su parte, bajó al 5,4%, mientras la economía sigue recuperándose con sorprendente vigor luego del parate del año pasado.
Las cifras de julio superaron las previsiones de los economistas de más de 860.000 nuevos empleos. Los hoteles y restaurantes, que volvieron a abrir sus puertas y están trabajando a un buen ritmo, sumaron 327.000 puestos de trabajo el mes pasado. Las escuelas públicas locales añadieron 221.000 empleos más.
El número de personas que declararon tener un empleo aumentó en un millón, lo que redujo la tasa de desempleo del 5,9% en junio.
La economía perdió más de 22 millones de empleos en marzo y abril de 2020. Desde entonces, sin embargo, ha recuperado casi 16 millones de puestos de trabajo, lo que deja un déficit de 6,8 millones en comparación con febrero de 2020.
El despliegue de las vacunas ha alentado a las empresas a reabrir y a los consumidores a volver a ir a negocios, restaurantes y bares que habían evitado durante meses tras el paso de la pandemia.
Además, muchos estadounidenses se encuentran en una situación financiera sorprendentemente sólida porque los cierres les permitieron ahorrar dinero y depositar los cheques de ayuda del gobierno federal.
Debido a esto, la economía se ha recuperado a una velocidad inesperada. El Fondo Monetario Internacional espera que el producto interior bruto de Estados Unidos —la medida más amplia de la producción económica— crezca un 7% este año, su ritmo más rápido desde 1984.
Están apareciendo puestos de trabajo —un récord de 9,2 millones de vacantes en mayo— a una velocidad superior de lo que se pueden cubrir.
Algunas empresas culpan a las generosas prestaciones federales de desempleo —que incluyen 300 dólares semanales adicionales a la ayuda estatal para desempleados— de desanimar a los estadounidenses a buscar trabajo.
En respuesta, muchos Estados han abandonado la ayuda federal al desempleo incluso antes de que expire en todo el país el 6 de septiembre.
Es posible que muchos estadounidenses se mantengan al margen del mercado de trabajo debido a los persistentes temores en materia de salud, y a los problemas para conseguir una guardería en un momento en que muchas escuelas están cerradas.
Otro problema: muchos de aquellos que perdieron su trabajo por la recesión del coronavirus no pueden volver a sus antiguos empleos.
Rubeela Farooqi, economista jefe en Estados Unidos de High Frequency Economics, señala, por ejemplo, que unos 80.000 restaurantes han cerrado desde marzo de 2020. En muchos casos, esos trabajadores desplazados han debido encontrar nuevas carreras.
«Hacer que los desempleados coincidan con las ofertas de trabajo será probablemente un proceso más prolongado, dado que encontrar un nuevo trabajo, tal vez en una nueva industria, será un desafío», escribió Farooqi en un informe de investigación.
Farooqi también dijo que el mercado laboral puede enfrentarse a luchas a más largo plazo una vez que la escasez temporal de mano de obra se solucione.
Esto se debe a que muchas empresas se adaptaron a trabajar con menos empleados durante la pandemia, a menudo utilizando tecnología que redujo la necesidad de mano de obra humana.
También empaña las perspectivas de empleo el resurgimiento de los casos de COVID-19 causados por la propagación de la variante delta, altamente contagiosa.
En Estados Unidos se registra una media de más de 75.000 nuevos casos al día, frente a los menos de 12.000 diarios de finales de junio, aunque todavía está muy por debajo de los 250.000 de principios de enero.
Boussour, de Oxford Economics, afirma que la propagación de la variante delta podría haber «mermado la voluntad y la capacidad de los trabajadores para reincorporarse a la vida laboral».
A pesar de esto, Boussour duda de que tenga un gran impacto en las cifras de julio, porque la preocupación por el virus no se intensificó hasta después de que el Departamento de Trabajo recogiera sus datos de contratación del mes pasado.Clarín.