El club de tenis más antiguo de Latinoamérica está por desaparecer

Viña del Mar.- La historia del club de tenis más antiguo de Latinoamérica, el Lawn Tennis Club de la ciudad chilena de Viña del Mar, finalizará «en cuestión de horas», después de 136 años formando a generaciones de tenistas.

Fundado oficialmente en 1882 por colonos ingleses, los aproximadamente 150 socios del también conocido como Club Inglés se encuentran a la espera de que los carabineros acudan a desalojarles y poner el cerrojo a las instalaciones.

El Valparaíso Sporting Club, propietario de la parcela de Viña del Mar en la que el Club Inglés se ubica desde 1920, decidió poner término al contrato de comodato (cesión gratuita por un tiempo) que ambas partes firmaron en 1953, con restitución de los terrenos, lo que dejará a la institución tenística en la calle.

«Estamos pasando un momento muy complicado, el Sporting está próximo a hacer el desalojo, puede ser en cuestión de horas», expresó a Efe el presidente del club, Werner Lewysohn.

El máximo representante de la institución lamentó que un club con tanta tradición y antigüedad se vea obligado a abandonar sus instalaciones y abocado a «un futuro incierto».

Cuando el Valparaíso Sporting Club manifestó por primera vez su voluntad de poner fin al contrato de comodato, el 1 de abril de 2016, ofreció una recompensa económica en función de una tasación pericial.

Unos meses después, el 12 de agosto de 2016, la sociedad propietaria de los terrenos se desdijo del primer planteamiento y expresó su voluntad de recuperar la parcela sin ninguna indemnización a cambio, explicó Lewysohn.

«Estamos en un litigio legal el cual favoreció al Sporting. Estos terrenos son de ellos y están haciendo uso a la propiedad que tienen para usarlos. Lamentablemente, no hubo manera de llegar a una negociación formal», manifestó el presidente del Club Inglés.

«Nuestros abogados han hecho su trabajo, los del Sporting han hecho también su trabajo, ellos han salido victoriosos y tenemos que abandonar este terreno», agregó Lewysohn.

Vecino del club Las Salinas, que durante algunos años organizó el torneo ATP Viña del Mar, por el que pasaron grandes de este deporte como el español Rafael Nadal, el Club Inglés presume de haber contado entre sus socios con jugadores como Alfredo Stewart Jackson, que participó en el primer torneo de Wimbledon, en 1877.

Intrínsecamente ligado a los orígenes del tenis chileno, sus canchas han acogido importantes torneos nacionales y a jugadores de renombre del país como Lionel Page, Andrés Morales y sus hermanas Luisa y Carmen, Mauricio Achondo, Marcelo Achondo, Paulino Alonso, Cristian López y Juan Pablo Selle.

«Aquí se han formado muchos jugadores que no sólo han sido buenos tenistas sino también buenas personas. Nuestro club ha tenido el objetivo histórico de formar personas», destacó el presidente de un club que en la actualidad, entre socios, colegios y otras instituciones que acuden a sus canchas, favorece la práctica del tenis a unas 500 personas.

Una vez que los actuales socios sean desalojados, el club terminará su andadura pero quedará latente para regresar en cuanto tenga la oportunidad, anunció Lewysohn.

«Por el momento estamos buscando alternativas para destinar a los socios a otros clubes por un tiempo, para que en un periodo de tres o cuatro años el club pueda nuevamente instalarse en otro lugar, aquí en Viña del Mar», comentó el presidente, que espera encontrar en ese tiempo la manera de financiar el resurgir de la institución.

Esa nueva etapa necesariamente comenzaría con bajo perfil, «con tres o cuatro canchas», porque «sale bastante oneroso» poner un pie un club de tenis de características similares al actual, que cuenta con 10 canchas de arcilla y una moderna Club House, dijo Lewysohn.

Para más adelante quedaría el sueño de poder organizar en el renacido Club Inglés un torneo ATP.

«Sería espectacular. Estamos hablando de palabras mayores, en este momento nuestro objetivo es otro, pero creo que Viña del Mar está perfectamente capacitado para organizar un torneo de esta envergadura. Si es aquí, bienvenido sea. EFE

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