Bogotá.- El atentado con explosivos que perpetraron el fin de semana en la zona rural de Buenaventura y dejó a más de 400.000 personas sin servicio de luz, llevó a Santos a sentenciar que «la guerra no ha terminado».
El apagón se generó este domingo en Buenaventura, poblado ubicado a 350 kilómetros al sudoeste de Bogotá, a causa de una falla técnica en dos circuitos de la torre 17 que fue derribada con explosivos por miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
«La guerra no ha terminado, tenemos nuevamente demostraciones como lo que sucedió en Buenaventura, un comportamiento totalmente irracional. Puro terrorismo», dijo el mandatario al cuestionar el propósito de las FARC con este tipo de acciones.
«Qué propósito tiene, qué objetivo se busca. Ninguno, solamente decir estamos vivos. Pero si ese es el propósito, el efecto es totalmente contrario porque así la población cada vez señalará a esos responsables con un dedo acusador», observó.
Asimismo, indicó que miembros de las fuerzas militares ya se encuentran en la zona para «facilitar el ingreso seguro de los técnicos que deben reparar la torre» debido a que usualmente los guerrilleros siembran explosivos alrededor para complicar el ingreso al área.
«Ya están los miembros de nuestra Armada, de nuestro Ejército y esperamos que de acá al jueves esté totalmente restablecida la luz en Buenaventura», puntualizó el presidente.
La confrontación entre las Fuerzas Militares y las FARC se intensificó en la última semana, luego de que la guerrilla suspendiera la tregua unilateral e indefinida que había iniciado en diciembre pasado, después de ver una y otra vez fracasado su intento por lograr que el gobierno concediera una tregua bilateral que las FARC reclama hace mucho tiempo para facilitar un proceso de paz que atraviesa por un momento de estancamiento.
Más de 40 guerrilleros han muerto en bombardeos de la Fuerza Aérea en los departamentos de Cauca (sudoeste), Antioquia y Chocó (noroeste), entre ellos alias Jairo Martínez y Emiro Chaqueto, ex integrantes de la delegación negociadora enviada por las FARC a Cuba, y alias Román Ruiz, jefe del frente 18.