Elecciones en EE.UU.: El control del Senado en el aire a falta de contar votos en Arizona y Nevada

Washington.-El escrutinio avanza lento en las elecciones de medio mandato en Estados Unidos. Un día después del cierre de los colegios electorales, el control del Congreso estadounidense está aún en el aire.

El conteo provisional arroja una ventaja de los republicanos en la Cámara de Representantes (se renueva en su totalidad) y tablas en el Senado (se elige a un tercio de sus miembros), donde hasta ahora se repartían al 50% los escaños demócratas y republicanos (el voto de desempate correspondía a la presidenta de la Cámara, la vicepresidenta Kamala Harris).

El Estado de Georgia celebrará segunda vuelta por la asignación de un escaño al Senado que se disputan su actual ocupante, el demócrata Raphael Warnock y la antigua estrella del fútbol americano Herschel Walker, republicano. La pugna sigue sin resolverse en Arizona y Nevada.

Entre los triunfadores indiscutibles de la jornada del martes está el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que logró la reelección, con lo que consolida sus aspiraciones a la presidencia de 2024, y el demócrata John Fetterman, que se hizo con el escaño a la Cámara alta por Pensilvania. Donald Trump volvió a sembrar dudas sobre la limpieza del proceso.

El presidente estadounidense, Joe Biden, ha calificado las elecciones como “un buen día para la democracia”. El aborto fue uno de los temas prioritarios. Kentucky, donde los republicanos dominan ambas cámaras, se ha convertido en el cuarto de cinco Estados (junto a Míchigan, California y Vermont) que han protegido los derechos de las mujeres en la jornada electoral.

Era una apuesta arriesgada y hasta resultó polémica dentro del propio Partido Demócrata. Acusar a Donald Trump y sus seguidores de poner en riesgo la democracia, pero a la vez apoyar a algunos de sus candidatos más extremistas no parecía lo más coherente. El cálculo era que esas figuras iban a asustar a los votantes moderados e independientes. Y ha salido bien: los demócratas han derrotado con claridad a los candidatos trumpistas a los que ayudaron a ganar las primarias republicanas para tener rivales más débiles al apelar al conjunto del electorado.

Los demócratas destinaron decenas de millones a elegir a sus contrincantes. El apoyo se intentaba disimular, pero era evidente. Por ejemplo, en el caso de John Gibbs, que optaba a un escaño de la Cámara de Representantes por Míchigan, el respaldo se dio en forma de crítica, que resultó música para los oídos de las bases del Partido Republicano, las que votan en sus primarias.

El partido de Biden bombardeó con anuncios que decían que John Gibbs tenía “las mismas políticas” que el expresidente Donald Trump; que era “demasiado conservador”; que estaba “respaldado por Trump”, y que apoyaba “la línea dura contra la inmigración en la frontera” y la “educación patriótica”. El Pais.

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