En Día Mundial del Síndrome de Down, destacan contribución de las personas en diversidad e inclusión

Asunción, Agencia IP.- Esta recordación, que en este 2024 lleva el lema “Nos decidimos”, tiene como objetivo generar una mayor conciencia pública y destacar la dignidad, la valía y el sinnúmero de contribuciones de las personas con síndrome de Down, como promotores de la diversidad y la inclusión en sus comunidades.

En Paraguay, el Programa Nacional de Prevención de Defectos Congénitos (PNPDC) que lleva el Registro Nacional de Defectos Congénitos (RENADECOPY) en 75 hospitales, y servicios de salud de las 18 regiones sanitarias del Ministerio de Salud Pública, se ofrece el estudio cromosómico ante el nacimiento de un niño con algunas características del síndrome de down, dentro de los hospitales que conforman este registro.

Asamblea de la ONU designó Día Mundial del Síndrome de Down

En diciembre de 2011, la Asamblea General de la ONU designó el 21 de marzo Día Mundial del Síndrome de Down.

Con esta celebración, la Organización de las Naciones Unidas quiere generar una mayor conciencia pública sobre la cuestión y recordar la dignidad inherente, la valía y las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y la diversidad de sus comunidades.

Asimismo, quiere resaltar la importancia de su autonomía e independencia individual, en particular la libertad de tomar sus propias decisiones.

Antecedentes: entender el Síndrome de Down

El síndrome de Down es una alteración genética causada por la existencia de material genético extra en el cromosoma 21, que se traduce en discapacidad intelectual. La incidencia estimada a nivel mundial se sitúa entre 1 de cada 1.000 y 1 de cada 1.100 recién nacidos.

Las personas con síndrome de Down suelen presentar más problemas de salud en general. Sin embargo, los avances sociales y médicos han conseguido mejorar la calidad de vida de las personas con el síndrome.

A principios del siglo XX, se esperaba que los afectados vivan menos de 10 años. Actualmente, cerca del 80% de los adultos que lo padecen superan la edad de 50 años.

Un trabajo médico y parental en edades tempranas favorece la calidad de vida y la salud de quienes sufren este trastorno genético al satisfacer sus necesidades sanitarias, entre las cuales se incluyen chequeos regulares para vigilar su desarrollo físico y mental, además de una intervención oportuna, ya sea con fisioterapia, educación especial inclusiva  u otros sistemas de apoyo basados en comunidades, expresa la ONU.

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