En homilía central, Monseñor hace llamado a la honestidad como pilar de una sociedad igualitaria

Asunción, IP.- Durante la misa central por el Día de la Virgen de Caacupé, la homilia del monseñor Ricardo Valenzuela giró en torno a un llamado a la honestidad y pureza de intenciones de la clase política y un saneamiento de la Justicia como camino a una sociedad más igualitaria.

El obispo de Caacupé señaló la «dramática urgencia de una justicia eficiente». «Si no, ¿a quíen vamos a recurrir para demostrar nuestra culpalbilidad o inocencia?», agregó.
Indicó que con un saneamiento de la Justicia, es posible hacer frente a toda ola de inseguridad y violencia, recalcando la necesidad de que los jueces y tribunales recuperen la credibilidad.

Valenzuela extendió esta exhortación a la clase política y a los miembros de la comunidad religiosa, para recuperar la confianza de la gente a través de la honestidad. Criticó que la cultura de la deshonestidad se haya instalado en la sociedad y sea vista como un signo de viveza.

La misa central por el Dïa de la Virgen de Caacupé contó con la presencia del presidente Mario Abdo, quien estuvo acompañado del ministro del Interior, Euclides Acevedo, así como los minsitros de la Corte Suprema, Eugenio Jiménez Rolón y Manuel Ramirez Candia, la fiscala general Sandra Quiñónez, y otras autoridades de los tres poderes del Estado.

Carta del monseñor

Al finalizar, el monseñor Valenzuela leyó una carta dirigida al pueblo paraguayo en donde expresó las principales inquietudes que la Iglesia Católica ve y «exigen una palabra nuestra».

Citó la necesidad de realizar las negociaciones por el Anexo C del Tratado de Itaipu en un marco de transparencia por parte de los encargados, ya que es fundamental para lograr el cometido que el Paraguay se propuso con la construcción de la hidroeléctrica en primer lugar: el desarrollo de su pueblo, por lo que debe estar en primer lugar en los intereses de los gobernantes llegado el momento.

Señaló también la desigualdad que se traduce en la cifra de más de 1.800.000 personas en situación de pobreza en el país, lo que llama a la reflexión a las personas que tienen más de no poseer una actitud mezquina sobre el dinero y generar inversiones para el desarrollo, principalmente en el sector de empleos.

Dijo que es responsabilidad de las élites económicas y técnicos estatales de orientar más inversiones a fines productivos, «en vez de contemplar de manera cómplica el crecimiento de una economía que en un porcentaje cada vez mayor se va nutriendo abusivamente del contrabando, el narcotráfico, la evasión y la corrupción, males estos que tienen asegurados su continuidad mediante la impunidad reinante».

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