En otro gesto de solidaridad con los refugiados, el papa Francisco viajará a Lesbos

Roma.-El sumo pontífice visitará la isla griega en medio de la crisis de inmigrantes que sacude a Europa.

En otro fuerte mensaje de solidaridad a los 50 millones de refugiados que hay en el mundo, Francisco el próximo 14 o 15 de abril hará un viaje relámpago a la isla griega de Lesbos, en los últimos meses punto de llegada de miles de sirios procedentes de Turquía y de otros países castigados de Medio Oriente.

La noticia fue difundida hoy por el sínodo de la Iglesia ortodoxa griega y confirmada luego por fuentes del Vaticano al diario argentino La Nación.

Durante la visita a una isla que se convirtió en un símbolo del drama de las personas que huyen de guerras, miseria y conflictos, el Papa estará acompañado por el arzobispo de Atenas, Ieronimus II y no se excluye la presencia del Patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, según anticipó la prensa griega.

«Es un argumento del que está hablando, hay contactos en curso, no desmiento las versiones, pero al momento no puedo decir más porque no hay ni fechas, ni programas definidos», dijo, por su parte, el padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, ante una consulta de la agencia ANSA.

Desde el principio de su pontificado Francisco, hijo de inmigrantes piamonteses que emigraron a la Argentina, intentó llamar la atención de la comunidad internacional ante la tragedia de miles de personas que mueren ahogadas en el mar Mediterráneo intentando llegar desde el norte de África a Europa. Su primer viaje como Papa, de hecho, lo hizo a la isla de Lampedusa, al sur de Sicilia, en julio de 2013.

Preocupado por un fenómeno que desde entonces no hizo más que empeorar, con la guerra en Siria y el auge del fundamentalismo islámico, el 20 de marzo pasado, en la misa de Domingo de Ramos, el Papa lamentó la indiferencia que padecen los refugiados y que nadie «quiera asumir la responsabilidad de su destino». Aludió así, sin mencionarla, a la incapacidad de la comunidad internacional en general, y de la Unión Europea, en especial, para enfrentar la peor oleada de refugiados que golpea al continente desde la Segunda Guerra Mundial.

El jueves santo pasado, en otro gesto que fue un claro mensaje de solidaridad y atención, le lavó los pies a refugiados de un centro de acogida de las afueras de Roma.

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