Europa espera que en tres años lleguen tres millones de refugiados

Bruselas.-En lo que va del año ya llegaron 800.000. La Comisión Europea asegura que tendrá un efecto positivo en la economía.

Tres millones de refugiados en tres años y 600.000 en los próximos cuatro meses. La Comisión Europea y Naciones Unidas pusieron hoy cifras a la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

Según la Comisión Europea, Europa recibirá este año un millón de refugiados, 1,5 millones en 2016 y medio millón en 2017. Un tercio de esos tres millones sería deportado por no cumplir las condiciones para recibir el estatus de refugiado o algún otro tipo de protección. En lo que va de año ya llegaron casi 800.000 -1,4 millones si se cuenta desde enero de 2014- y sólo en octubre más de 218.000.

La Comisión Europea estima además que la llegada de refugiados tendrá un efecto positivo en la economía. Aunque a corto plazo supone un gasto, a medio y largo plazo añadirá entre dos y tres décimas al PBI del bloque.

Los datos son parte del informe de perspectivas económicas que el Ejecutivo europeo publicó hoy y en el que estima que la economía del bloque crecerá un 1,9% este año, un 2% en 2016 y un 2,1% en 2017, con una moderada creación de empleo y una lenta pero continua reducción del rojo fiscal. Bruselas cree que esa subida adicional del PBI de entre el 0,2% y el 0,3% debida a la llegada de refugiados se mantendrá al menos hasta el final de la década.

Según un informe del instituto económico alemán DIW, la llegada de refugiados añadiría al PBI alemán entre un 0,5% y un 1,5% en las próximas dos décadas.

El comisario europeo de Economía, el francés Pierre Moscovici, aseguró en conferencia de prensa que la llegada de refugiados «tendrá un impacto sobre el crecimiento que será débil pero positivo para el conjunto de la Unión Europea».

Los cálculos tienen en cuenta los gastos públicos que conlleva la acogida a esos millones de personas pero también el aporte de mano de obra joven a un continente en declive demográfico y con una población cada vez más envejecida. Moscovici quiso añadir que los datos sirven «para combatir ciertas ideas».

El informe apunta a que el impacto económico a corto plazo será mayor en los países del bloque que están recibiendo más refugiados, principalmente Alemania y Suecia. Y para ayudar no tendrá en cuenta ese gasto en los cálculos para vigilar el cumplimiento de las metas de déficit.

También estima la Comisión Europea que las consecuencias para el mercado laboral dependerán principalmente de la formación profesional y educativa que aporten los refugiados y de la capacidad de integración que muestren los países.

La Comisión Europea lleva días presionando a los gobiernos del bloque para que cumplan sus promesas. El 22 de septiembre acordaron repartir a 160.000 refugiados por el continente a través de un sistema de cuotas. Pero el sistema no arranca porque los gobiernos arrastran los pies. Ayer volaron de Atenas a Luxemburgo 30 refugiados. En total van repartidos 116. A este ritmo harían falta 154 años para repartir a esos 160.000.

Además, los gobiernos prometieron llenar dos fondos -uno para Siria y otro para los países africanos que generan más refugiados-. El de Siria, al que debían añadir 500 millones de euros, sólo tiene 50 millones. El de África, que debía sumar 1.800 millones, va por 30 millones.

La UE quiere también llevar la crisis de refugiados a la cumbre del G20 que se celebra en Antalya (Turquía) el 15 y 16 de noviembre y que debería estar centrada en cooperación fiscal y lucha contra el cambio climático. Los representantes europeos en el G20 pondrán sobre la mesa la crisis de refugiados para pedir una respuesta global que ayude a Europa.

En una carta conjunta, el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk y el de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker escriben que «el G20 debe liderar una respuesta coordinada a la crisis que reconozca su naturaleza global y sus consecuencias económicas y promueva una mayor solidaridad internacional para proteger a los refugiados». Europa quiere que el G20 ayude económicamente a las principales organizaciones que gestionan la crisis, como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

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