Fenómeno El Niño duraría hasta abril de 2024 con altas temperaturas y fuertes lluvias

Asunción, Agencia IP.- El Niño, el fenómeno meteorológico mundial estaría  presente hasta abril del 2024, podría tener efectos drásticos, desde olas de calor, alto contenido de humedad y hasta tormentas más fuertes de las habituales.

El director de Meteorología e Hidrología, Eduardo José Mingo Vega, explicó en entrevista con la Agencia IP que el fenómeno actual está relacionado a  un condicionante que está del otro lado de la cordillera, que es la temperatura superficial del Pacífico Tropical, El Niño Oscilación Sur (ENOS) es el nombre técnico científico y  en inglés El Niño–Southern Oscillation (ENSO). El fenómeno de El Niño, tiene una Fase Niña y una Fase Neutra.

En ese contexto, hay servicios meteorológicos que le siguen el paso, porque tienen disponibilidad de navíos,  aeronaves, boyas a la deriva, boyas ancladas, que están monitoreando ese indicador.  Y estos servicios meteorológicos son los que indican el actual proceso.

“En el actual proceso hablamos de la presencia del El Niño y éste promete  estar  presente hasta abril del 2024 y sus efectos,  cuando coinciden, como ahora,  con primavera y  verano,  hacen que se intensifique el calor y también la disponibilidad de humedad.   Se producen intensas tormentas y  las lluvias pueden superar las normales.  Esto genera inundaciones repentinas de corto plazo e inundaciones estacionales con  la subida del río de manera sistemática”, explicó.

El impacto es global

En líneas generales, mencionó que esos serían los efectos de este lado de la cordillera, pero es importante recordar que el impacto es global, sin embargo existen zonas donde se manifiestan de manera diferente.

Foto Agencia IP

Respecto a los efectos a corto, mediano y largo plazo, precisó que implica una fuerte variabilidad entre días muy calurosos y muy lluviosos. “A mediano plazo el hecho de que las temporadas o las estaciones empiezan o terminan de manera diferente;  y a largo plazo se puede amplificar la señal de inundaciones.  Y con ello,  todo lo que viene detrás de las inundaciones: efectos  en el ámbito productivo, de la seguridad alimentaria, de la seguridad sanitaria”, refirió.

Ante dicha situación, destacó la importancia de las alertas meteorológicas a los efectos de tomar medidas preventivas.

“Por ejemplo,  ver qué tipo de cultivos serán más resilientes;  evitar la exposición al riesgo de las zonas más vulnerables y tomar las medidas con respecto a la probabilidad de que puedan ser afectadas por los eventos extremos.  También existen medidas de tipo estructural que no son de corto plazo. Por ejemplo, no se puede evitar un tornado, pero sí tener una estructura para guarecerse o protegerse. Lo material se recupera, pero la vida no. Dentro de las previsiones hay cuestiones de corto,  mediano y largo plazo”, detalló.

Nuestra condición misional es el aviso

En esa misma línea, señaló que los efectos de estos fenómenos climáticos  pueden extenderse en el ámbito de salud, pues al haber más humedad y más calor es probable que se tenga más focos de infestación larvaria y por consiguiente, el aumento de las enfermedades producidas por vectores, como el caso del dengue.

Eduardo José Mingo Vega, Director de la Dirección de Meteorología e Hidrología

En el ámbito de la prevención existe una amplia gama de ámbitos que no corresponden al servicio meteorológico plantearlas.  Nuestra condición misional es el aviso, pronosticar que se viene y el probable impacto del fenómeno que va a modificar la estructura en la que el ser humano está inmerso, exteriorizó.

Explicó igualmente que los efectos sobre el territorio paraguayo se dan en ambos elementos: altas temperaturas y lluvias, tal como ya se ha dado. Arranca normalmente en la Región Oriental y después,  en verano, se  puede extender al Alto Chaco y más allá de las fronteras,  al norte.

Sobre el punto, no descartó la posibilidad de una crecida del río Paraguay a  finales del verano del 2024.   En los próximos meses de abril y  mayo del 2024,  en la época estacional, podría llover bastante en el Pantanal y en la zona de la Cuenca Alta del río Paraguay, subrayó.

Por otro lado,  en el ámbito de las temperaturas extremas, se darán cada vez con frecuencia mayor. En la Región Occidental es donde más récords baten El Niño, en lo que respecta a temperaturas máximas de calor.

Foto Agencia IP

Este Niño no es la excepción.  Ya  tuvimos ejemplos y seguimos teniendo ejemplos de récords diarios.  Las temperaturas son  muy altas en relación a años anteriores.  La diferencia solía ser dos o tres grados en otros tiempos,  en relación a lo que sucedió en un día específico en toda la historia, en forma reciente, comentó.

Récords históricos

Existe el peligro de marcar récords históricos en toda la base de datos. Tenemos temperaturas muy elevadas y situaciones de lluvia muy intensas que se van desplazando desde el Sur-  Este de la región oriental hasta el Chaco Norte.  En la zona del  Alto Paraguay que todavía no se manifiesta a esta altura de noviembre porque sigue el déficit importante de lluvias en el Chaco con la sequía persistente. Pero sí se darán las lluvias más adelante, manifestó.

Crisis climática

Algo importante para recalcar es que siempre hay corrientes que no creen en el cambio climático y otros sí admiten que es el ser humano el  que está generando cambios. A modo de explicación,  es importante entender que la atmósfera reacciona ante los procesos internos y externos y sí hay procesos cíclicos,  la atmósfera que va evolucionando y dando una respuesta a dichos cambios, dijo.

Alegó que lo que está sucediendo ahora es que la calidad de vida al ser humano está modificando los ecosistemas y sus condiciones iniciales y esto tiene efectos sobre el propio ser humano.   Existe un calentamiento global y una crisis climática.  Hay un efecto invernadero que nosotros aceleramos o metimos más volumen en relación a lo que la propia naturaleza puede crear.  Entonces, sí somos parte de esto en mayor o menor proporción.

Es importante entender que  el propio ser humano está haciendo que su  calidad de vida se sienta afectada por lo que hoy deberíamos llamar una fuerte variabilidad climática que genera una crisis climática.  En los últimos 20 o 30 años,  la frecuencia de eventos extremos es mayor y  se dan  en menor plazo eventos muy extremos. Y eso impacta nuestra calidad de vida, indicó finalmente el especialista.

Compartir: