Francia entra en la fase crítica de la oleada de protestas

París.-A pocos días del arranque de la Eurocopa, arrecian las huelgas y paros en el transporte público.

El Gobierno francés y el mayor sindicato del país, la CGT, libran esta semana la batalla definitiva a cuenta de la contestada reforma laboral. La inminente apertura el 10 de junio de la Eurocopa, que situará al país en el centro de atención mundial, es para el Ejecutivo el mayor quebradero de cabeza y, para la CGT, el mejor argumento de presión.

Para fortalecer sus posiciones, los sindicatos amplían esta semana la movilización con huelgas indefinidas en el transporte público que abarcan todo el mes de la Eurocopa, informa el diario Español El País.

A la enorme preocupación por la amenaza terrorista, Francia, y sobre todo la región de París, se enfrenta al riesgo de quedar bloqueada, con graves problemas para el desplazamiento de equipos y seguidores. Cuatro sindicatos han convocado a partir de este martes una huelga indefinida en el sector ferroviario que llega hasta el 10 de julio, el día de la final del campeonato en París, la ciudad más afectada por los paros.

El jueves, también comienza una huelga indefinida en el transporte público de la región parisina (metro y autobuses). Se suma a los paros de al menos 24 horas en los puertos. Y el viernes arrancan tres días seguidos de huelga en la aviación civil. El sindicato mayoritario entre los pilotos ha votado este lunes a favor de una huelga de larga duración.

El sindicato mayoritario de pilotos ha votado a favor de una huelga de larga duración.

Comienza huelga indefinida en los ferrocarriles. Convocada desde el martes hasta la final de la Eurocopa, el 10 de julio.

Continúan los problemas de escasez de combustible, aunque de menor gravedad, por paros y huelgas en las refinerías. Las autoridades han pedido a las compañías aéreas que los aviones en dirección a Francia partan con los depósitos de combustible llenos. Los bloqueos en puertos dificultan el traslado de queroseno a los aeropuertos.

Todas estas nuevas movilizaciones vienen a incrementar la tensión ya existente desde el día 19 por la escasez de combustible en las gasolineras o la amenaza de cortes de electricidad por paros en las 19 centrales nucleares. Para cumplir su promesa de garantizar el suministro de gasolina, la policía ha levantado los bloqueos de decenas de depósitos de combustible, pero el problema de origen está en las refinerías: de las ocho existentes, cuatro registran altos niveles de paro y las otras dos también trabajan a bajo régimen.

La CGT exige la retirada de la reforma y el Gobierno insiste en que llegará “hasta el final”. Solo ha habido mínimos gestos de aproximación en las últimas horas entre los dos protagonistas, ambos de origen español que libran su particular guerra sobre suelo francés. El sábado, el primer ministro, Manuel Valls, llamó por teléfono al líder de la CGT, Philippe Martinez. Hacía dos meses que no hablaban. Esta vez no pactaron nada, pero “mejor que denigrar”, ha dicho Martinez.

Como condición a cualquier aproximación al diálogo, Martinez exige la eliminación del artículo 2 de la reforma, según el cual los acuerdos en las empresas tendrán más fuerza legal que los del sector. Valls responde a través de Journal du Dumanche que no cederá “ante la brutalidad” y que él no añadirá su nombre a la amplia lista de dirigentes franceses que “han dado marcha atrás y han hecho perder el tiempo”.

Los aliados y los críticos del Gobierno afilan los cuchillos y echan leña al fuego. Diputados socialistas rebeldes anuncian que, si el Ejecutivo no desbloquea la situación, presentarán otra moción conjunta de censura de la izquierda contra Valls en julio.

El jefe de la patronal asegura que unas minorías se comportan “un poco como maleantes, como terroristas”

Por su parte, el jefe de la patronal, Pierre Gattaz, dice en una entrevista a Le Monde que “no se puede ceder al chantaje, a las violencia, a la intimidación, al terror”. Añade que hay que respetar el Estado de derecho para que bloquee el país unas minorías que se comportan “un poco como maleantes, como terroristas”. Para él, se han producido hechos propios de “una dictadura estalinista”, como impedir la salida de periódicos por negarse a publicar un artículo de Martinez. Solo lo publicó L´Humanité, que sí salió a los quioscos la jornada de paros del pasado día 26.

El incendio tiene un foco más desde este lunes. La policía ha convocado al secretario de Comunicación de la CGT, por diseñar y difundir unos carteles del sindicato con el texto “La policía debe proteger a los ciudadanos; no pegarles. Stop a la violencia policial”. Le acusan de “difamación pública”.

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