Francisco, con las puertas abiertas en la batalla por la reforma de la Iglesia

Roma.-El Papa logró el apoyo de los obispos de todo el mundo a la acogida de una parte de los divorciados que se vuelven a casar, un punto tímido pero a la vez importante a favor de la reforma de la Iglesia.

La línea de Francisco de apertura hacia todo tipo de familias, tanto aquellas formadas por divorciados que se vuelven a casar como por parejas que conviven o casadas por lo civil, fue aprobada por el Sínodo de obispos que se clausuró ayer con una misa solemne en el Vaticano. Aún si para algunos observadores resulta una apertura modesta, para otros se trata de un primer punto a favor, de una victoria, en la batalla por las reformas que encabeza el Papa argentino, que el año pasado no fue aprobada en el primer Sínodo.

El documento final abre las puertas a que los católicos que fracasaron en su matrimonio puedan acercarse a comulgar, a que no sean considerados más como adúlteros y en sustancia impulsa “un cambio pastoral responsable”, explicaron fuentes religiosas. Esa apertura fue defendida por buena parte de la iglesia latinoamericana que desde hace años encara el fenómeno del aumento de los divorciados católicos que contraen segundas nupcias, como ocurre con muchos presidentes de la república de la región. Inclusive, el Vaticano no acepta la presencia de la segunda esposa en los encuentros oficiales con el Papa, un gesto que en algunos casos ocasionaba profundo dolor y que podría cambiar en poco tiempo.

“El primer deber de la Iglesia no es distribuir condenas o anatemas sino proclamar la misericordia de Dios”, recordó el Papa, quien tuvo que encarar una oposición feroz de los sectores conservadores. “Han usado métodos no del todo benévolos”, reconoció el Papa, en una alusión a los ataques, falsas noticias, conspiraciones y montajes urdidos por los sectores conservadores durante las tres semanas de deliberaciones. “La resistencia contra las reformas de Francisco está concentrada en un grupo capaz de generar mucho rumor y escándalo, pero que no aportó ideas y, por lo tanto, perdió”, resumió en una entrevista el historiador italiano experto en religiones, Alberto Melloni.

“Es una oposición reaccionaria que se identifica con sectores minoritarios. Personajes que formaban parte de la vieja maquinaria que boicotean a Francisco para conservar el propio poder”, sostiene el filósofo italiano Massimo Cacciari. “Preparaban un golpe espectacular”, asegura el vaticanista Andrea Tornielli, quien estima que los conservadores contaban con que el documento no pasara, debilitando así la línea aperturista de Francisco.

El documento, que habla de la economía actual, de las guerras, migraciones y hasta las imposiciones de algunos organismos internacionales, será convertido por el Papa en un documento oficial, con las directrices de Francisco para la familia del siglo XXI.

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