Francisco visita por sorpresa un humilde barrio de Roma

Roma.- El papa Francisco visitó ayer un barrio pobre en las afueras de Roma, sorprendiendo a sus humildes residentes, muchos de los cuales proceden de países de su nativa Sudamérica.

El Pontífice iba camino de visitar una parroquia en el barrio de clase trabajadora de Tiburtina, cuando pidió a sus ayudantes que hicieran un desvío para detenerse en la población, de la cual había oído hablar. “Salió del vehículo y la gente se sorprendió cuando le vieron frente a sus viviendas”, dijo el párroco Aristide Sana, que se trasladó a toda prisa al lugar cuando se enteró a último minuto de la parada imprevista del Papa.

Las imágenes televisivas mostraron a Francisco rodeado de personas, en su mayoría de Perú y Ecuador, según dijo Sana. Salieron de sus hogares, hechos de cemento, madera y metal corrugado.

“¿Cuántos de ustedes aquí hablan español?”, preguntó bromeando en este idioma. “¡Todos! ¡Todos!”, gritaron.

Sana, cuyos feligreses llevan comida y ropa al poblado, dijo que en la comunidad, compuesta por unas 150 personas, también vive gente procedente de Rusia, Eritrea, Ucrania y Polonia.

El Papa, que ha hecho de la preocupación por los pobres el pilar central de su papado, era conocido en Buenos Aires por sus frecuentes visitas a las “villas miseria” de la ciudad.

Por otro lado, el Pontífice pidió ayer a los gobiernos que erradiquen la vergonzosa plaga, indigna de una sociedad civil que supone que aún existan casos de esclavitud, explotación, abusos, torturas y mutilaciones en el mundo. “Aliento a todos aquellos que trabajan para ayudar a los hombres, mujeres y niños esclavizados, explotados, abusados como instrumentos de trabajo o de placer y a menudo torturados y mutilados”, afirmó desde el Palacio Apostólico.

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