Buenos Aires.- El Gobierno argentino logró hoy aprobar en el Senado el proyecto de Presupuesto para 2019, que contó con el apoyo de parte del peronismo y otros legisladores opositores y que el Ejecutivo considera clave para lograr el equilibrio en las cuentas en un momento de dificultades en la economía nacional.
El texto contó con 45 votos a favor (el oficialismo tiene un total de 25 escaños), 24 en contra y una abstención.
La sesión pública especial en la que se trató la iniciativa, que comenzó poco después de las 14.30 hora local (17.30 GMT), se alargó durante 13 horas.
El proyecto contempla para el año próximo -que será electoral- un déficit cero (sin contar los intereses de deuda), para lo cual el Gobierno debe recortar gastos en distintas áreas del Estado sin afectar, según remarca el oficialismo, del presupuesto social ni de educación, ciencia y salud.
«Venimos de una Argentina quebrada pero hay un presidente que quiere ordenar la cuentas públicas, por eso tenemos que ir hacia el superávit fiscal», expuso el senador oficialista Alfredo de Angeli.
El texto prevé una caída de la economía del 0,5 %, una inflación anual para 2019 del 23 % y un resultado fiscal primario equilibrado, desde un déficit primario del 2,7 % del PIB en 2018.
También proyecta una cotización promedio del dólar a 40,10 pesos (hoy cerró a 36,90).
«No voy a votar este presupuesto porque significa avalar el acuerdo con el FMI (Fondo Monetario Internacional): un acuerdo de espaldas al pueblo y que profundiza el ajuste sobre trabajadores, jubilados y niños», subrayó a su turno Magdalena Odarda, del Río Frente Progresista.
Este proyecto llega después de que a finales de octubre el organismo dirigido por Christine Lagarde aprobara ampliar la asistencia financiera solicitada en mayo por el país austral, cuando comenzó una fuerte volatilidad cambiaria que ha revalorizado el dólar un 95 % y devaluado el peso en casi un 50 % desde entonces.
En total, el FMI ha prestado a Argentina 56.300 millones de dólares, mediante un programa con el que el Gobierno quiere acelerar las reformas para erradicar el déficit que arrastra el país desde hace años pero que implica una fuerte intervención de la institución multilateral en la política del país austral, exigiendo un compromiso de alcanzar el equilibrio fiscal.
El jefe del bloque del peronismo kircherista, Marcelo Fuentes, afirmó durante la sesión de este miércoles que no iba a acompañar el presupuesto por considerar que el ajuste que se pondrá en marcha es un «intento de avasallamiento» en la calidad de vida de la gente.
«Para mí es incompatible decir que es el presupuesto del ajuste, cuando al ver los números 3 de cada cuatro pesos van destinados a gastos sociales», dijo por su parte la legisladora oficialista Laura Rodríguez Machado.
La ley prevé unos ingresos de 3.400.000 millones de pesos (94.727 millones de dólares) -un 43 % más que en el de 2018- e iguales gastos primarios, un 24 % por ciento más.
Esteban Bullrich, exministro de Educación de Macri y actual senador, dijo que en el Presupuesto figura un aumento en las jubilaciones del 37,6 %, en prestaciones sociales del 33,4 %, en salud del 29 %, en medicamentos y vacunas un 94 %, en fondos universitarios del 39,7 % y en ciencia y tecnología del 28 %.
Como ya ocurrió cuando se debatió en Diputados, multitud de personas se congregaron hoy en los alrededores del Palacio Legislativo y convocadas por grupos de izquierda para mostrar su disconformidad con el proyecto, aunque esta vez, si bien hubo pequeños incidentes, no se produjeron disturbios como los de aquel día, que dejaron varios heridos y detenidos por incidentes con la policía.
En las últimas semanas, miembros del oficialismo anunciaron haber llegado a acuerdos para aprobar el Presupuesto con diversos representantes políticos, entre ellos gobernadores oficialistas y opositores, que tienen fuerte influencia sobre los senadores.
En la Cámara Alta, ninguna fuerza tiene mayoría absoluta pero los bloques de adscripción peronista -muy divididos- superan al gobernante Cambiemos.
Miguel Ángel Pichetto, jefe del bloque peronista mayoritario -que también votó dividido-, destacó que si bien no le gusta el Presupuesto, su voto a favor del mismo es para preservar la viabilidad y previsibilidad del país, ya que de lo contrario «implicaría es un alto poder discrecional» de los recursos por parte del Poder Ejecutivo. EFE