Itaipu transfirió USD 387 millones al Estado hasta noviembre de 2022 por Anexo C

Asunción, Agencia IP.- Dando cumplimiento a lo establecido en el Anexo C del Tratado, Itaipu Binacional transfirió USD 387 millones a favor del Estado paraguayo, hasta noviembre de 2022.

Los desembolsos corresponden a los conceptos de royalties, cesión de energía y pagos a la Administración Nacional de Electricidad (ANDE). La Entidad se encuentra al día con todas sus obligaciones financieras, informó Itaipu.

De enero a noviembre del presente año, la Entidad remesó USD 183 millones por royalties y USD 162 millones por cesión de energía al Tesoro Nacional. Por su parte, la ANDE recibió USD 42 millones por el resarcimiento de las cargas de administración y supervisión; de acuerdo con el reporte de la Dirección Financiera, Margen Derecha, de la Binacional.

Solo en el penúltimo mes del corriente ejercicio, las remesas por royalties alcanzaron USD 17 millones, mientras que los pagos por cesión de energía equivalieron a USD 17 millones y la ANDE ingresó 1,3 millones por resarcimientos; totalizando así poco más de USD 35 millones las transferencias hechas por Itaipu en noviembre de 2022.

De acuerdo con lo establecido en el Tratado de Itaipu, los royalties constituyen un resarcimiento financiero que perciben los Estados de Paraguay y Brasil por la utilización del potencial hidráulico del río Paraná para la producción de energía eléctrica. La cesión de energía es la compensación abonada por el Estado brasileño para acceder a la parcela de la producción que Paraguay no utiliza. Estos dos conceptos son transferidos al Ministerio de Hacienda, institución que se encarga de distribuir los recursos, tal como disponen las legislaciones nacionales.

La ANDE recibe mensualmente los pagos por resarcimiento de las cargas y, periódicamente, también obtiene ingresos por las utilidades del capital para hacer frente a sus necesidades presupuestarias, cumpliendo así con lo que estipula el Anexo C del Tratado.

La Central Hidroeléctrica Itaipu mantiene un óptimo desempeño, lo que le permite a la empresa cubrir la demanda energética de los dos países y seguir estando al día con sus obligaciones financieras, pese a los efectos latentes de la crisis hidrológica.

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