Italia: la centroizquierda ganó las alcaldías de Roma y Turín y la derecha pierde fuerza

Roma.-El partido Democrático ganó por paliza las cinco principales ciudades de Italia donde se votó en dos turnos en elecciones municipales. El dato que más impresiona es que el ganador fue la abstención: por primera vez solo sufragó en los balotajes del domingo y lunes el 43.94%.

Pero esto solo explica en parte que la centroizquierda haya barrido este lunes en Roma y Turín, agregándolas a la victoria de hace dos semanas en el primer turno, con las victorias por mayorías superiores al 50% de los votos en Milán, Nápoles y Bolonia. Un verdadero capote.

Ha sido neta la derrota que sufrieron los dos principales partidos del centroderecha, que en toda la batalla obtuvieron solo la victoria en la ciudad de Trieste y en unas elecciones añadidas de la región de Calabria. Pero en ambos casos, los candidatos victoriosos no eran de la Liga de Matteo Salvini ni de Hermanos de Italia de Giorgia Meloni.

Ambos pertenecen a Forza Italia de Silvio Berlusconi, conservador y liberal, más moderado que las fuerzas populistas y soberanistas “antieuropeos” como son consideradas las fuerzas de Salvini y Meloni, que en los sondeos superan juntas el 40% del electorado, mientras Berlusconi se va apagando con un 7%.

Una constatación que permiten estos resultados es la consolidación del gobierno del primer ministro Mario Draghi, que recibe pleno apoyo del partido Democrático de Enrico Letta. Salvini está en el gobierno pero con un pie dentro y otro afuera. Y Giorgia Meloni es la jefa del único partido declarado de oposición al gobierno Draghi.

Los primeros estudios sobre los flujos electorales demuestran que la victoria del partido Democrático se debió en buena parte a la retracción de votantes de las derechas que no sufragaron por los partidos de Salvini y Meloni en los balotajes.

Los resultados de Roma, la capital italiana y la mayor área metropolitana del país, eran esperados con la mayor atención. Votó solo un 40% del electorado. El candidato del partido Democrático, Roberto Gualtieri, se impuso con el 60.1% de los votos, contra el 39.9% del candidato de las derechas, Enrico Michetti.

En Turín, el líder del PD Stefano Lo Russo derrotó con el 59.2% al candidato del centroderecha Paolo Damiliano, que logró el 40.8%.

Algunos analistas destacaron que el caso de Roma reiteraba la impresión de que uno de los peores errores que cometieron Salvini y Melloni, que como líderes en sus respectivas áreas, habían colocado a los candidatos en Milán y Roma, que se demostraron opacos en la campaña electoral.

Enfrente tenían al veterano alcalde saliente en Milán, Giuseppe Sala, que fue llevado en andas por sus electores con más del 60% en el primer turno, y a Roberto Gualtieri en Roma.

Ex ministro de Economía y ex presidente durante cinco años de la principal comisión económica del Parlamento Europeo, Gualtieri mostró unos quilates de los que careció Enrico Michetti, enredado también en polémicas tumbales cuando se descubrieron frases por radio y escritos en los que maltrataba a los judíos y a los negros. Michetti negó cualquier parentesco con el neofascismo.

Ese fue el fantasma que persiguió a los dos partidos principales del centroderecha, por sus posiciones soberanistas de apoyo a Polonia y Hungría con posiciones nacionalistas que chocan contra la mayoría de los países de la Unión Europea. Otros episodios también consolidaron la sensación de que Meloni y Salvini son rozados por el tema del neofascismo en sus partidos.

Al partido Democrático le bastó consolidar sus votaciones habituales. Fueron la Liga y Hermanos de Italia los que perdieron una masa importante de votos que engordaron el porcentaje de abstenciones.

Pero lo que no se esperaba era la extensión de la derrota. Además de Roma y Turín, la centroizquierda triunfó en Varese, viejo baluarte de la Liga, Cosenza, Savona, Isernia, Latina, Caserta y otras en las que en el escrutinio competía con probabilidades de éxito frente a la centroderecha.

También influyó la pandemia. Los italianos han apoyado en forma aplastante, el 81% de los mayores de doce años está ya vacunado, la política del gobierno en la batalla contra el Covid-19.

La campaña de vacunaciones masivas dirigida por un general del Ejército es popular y el Pasaporte Sanitario que obliga a mostrar la inmunización de su titular, se ha convertido en un instrumento con el que se identifica la gran mayoría y en un arma contra los ocho millones de habitantes que aún rehuyen el pinchazo salvador.

En cambio Matteo Salvini y Giorgia Meloni han hecho coquetear a sus partidos, la Liga y Hermanos de Italia, con el movimiento no vac que le hace la guerra a las vacunaciones. Y se pusieron en contra de la extensión del también llamado “pase verde” a los 23 millones de trabajadores, entre los que se cuentan cuatro millones que no quieren vacunarse. También esta posición es impopular.Clarín.

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