La academia y el desafío de eliminar las brechas en los entornos laborales

Asunción, Agencia IP.- El Día Internacional de la Mujer es una fecha propicia para abordar la desigualdad histórica y los lentos avances para la eliminación de las desigualdades laborales que benefician a hombres y obstaculizan el desarrollo plano de la mitad de la población mundial: las mujeres.

La academia es una pieza fundamental a la hora de visibilizar estas problemáticas y de encontrar soluciones basadas en ciencia hecha por mujeres; aunque para ello, es necesaria su presencia igualitaria en todas las áreas del saber, tanto en puestos de ejecución como de dirección.

Aunque los logros que se registran en esta parte del mundo son significativos, Latinoamérica cerró alrededor de tres cuartas partes de su brecha, lo que nos convierte en la tercera región con mayor paridad en el mundo; sin embargo, no es un cierre total de la brecha, como debería.

A este ritmo, el Foro Económico Mundial prevé que se tardarían más de medio siglo para alcanzar la plena paridad. Argentina fue el primer país de la región en establecer normas claras en cuanto a presencia de mujeres en las representaciones políticas, lo que se intentó imitar en nuestro país con mucha resistencia de sectores conservadores; tanto que en toda nuestra historia nunca hubo una presidenta y la universidad más grande de Paraguay, la Universidad Nacional de Asunción tardó más de un siglo en elegir a una rectora. (Baller & Araujo, 2023) (Universidad Nacional de Asunción, 2019)

En pleno 2024, las mujeres aún enfrentan numerosos obstáculos laborales, en especial en aquellos dominados por hombres, como las áreas de ingenierías, tecnologías, ciencias exactas y otras relacionadas a las STEM.

Las que se desenvuelven en estas áreas están particularmente expuestas a una gran cantidad de situaciones que atentan contra su dignidad como personas, como: baja remuneración, subrrepresentación en puestos de liderazgo, discriminación, acoso y la falta de modelos femeninas para encontrar ejemplos a seguir. Todo esto suma a desincentivar la participación y permanencia en estas áreas, y refleja un desequilibrio estructural que debe ser debatido en todas las esferas sociales, en especial en las universidades. (Foro Económico Mundial, 2023) (Field, Krivkovich, Kügele, Robinson, & Yee, 2023)

Perspectivas de género en la educación

Uno de los reclamos más contundentes de mujeres en todo el mundo es que representan el 50% de la población mundial; aunque esto no se refleja en las sociedades.

Las instituciones educativas en general y las universidades en particular tienen el deber de incorporar la igualdad de género en sus currículos y políticas con el objetivo de promover la equidad de oportunidades y combatir los estereotipos.

Educar sobre la igualdad y con ella es indispensable para que las personas puedan internalizar estos conceptos y abrirse a una sociedad en la que las mujeres sean tan importantes como los hombres y no con perspectivas sexistas como en la maternidad las mujeres y la ingeniería los hombres, sino en igualdad de condiciones en derechos y obligaciones.

Todo esto sin perder de vista las diferencias intrínsecas entra ambos géneros, como los ciclos menstruales, la maternidad y otras.

Las universidades pueden liderar el cambio de los paradigmas de género actuales a través de políticas internas que velen por el bienestar de las mujeres y por su participación activa en las iniciativas que se deban regular.

Algunas experiencias importantes que se llevan a cabo son: programas de mentoría para estudiantes mujeres, becas y apoyos específicos para carreras donde están subrrepresentadas y políticas claras contra el acoso y la discriminación.

Con la creación de una cultura empresarial inclusiva se puede llegar a cerrar la brecha que separa a hombres y mujeres en los entornos de trabajo.

Esto, a su vez, puede aportar números más favorables para las organizaciones en términos de eficiencia y eficacia de sus procesos. En las universidades estas acciones ayudarán a una sociedad con profesiones sensibles a temas relevantes como el género y particularmente a la igualdad, el respeto y la armonía en los trabajos. (Schooley, 2024)

La investigación visibiliza

La investigación universitaria puede desempeñar un papel crucial al analizar las causas y consecuencias de la brecha de género en el trabajo, y al desarrollar soluciones basadas en evidencia. Estos estudios pueden sentar las bases para la creación de políticas públicas y prácticas organizacionales para mejorar la equidad de todos los géneros.

La colaboración entre las universidades, organizaciones civiles y gubernamentales es primordial para conseguir mayor igualdad en el trabajo. A través de diferentes iniciativas conjuntas, se puede alcanzar mejores condiciones laborales para las mujeres y su empoderamiento en todos los sectores sociales.

Varias investigaciones demuestran que las mujeres mantienen la mayor parte -si no total- de los deberes de cuidado de los hogares y de otras personas, lo que dificulta su presencia plena en el mercado laboral o afecta negativamente su permanencia en diferentes cargos.

Cabe destacar que estos trabajos no son remunerados y su carga en mujeres es meramente sexista y aunque es evidente que la presencia masculina en estos trabajos es casi nula con respecto a las mujeres, su intervención activa puede cambiar fuertemente el futuro de millones de mujeres en todo el mundo al contrarrestar la segregación laboral con mayores espacios en otros sectores dominados por hombres. (Kochhar, 2023) (Ruiz, 2022) (Cifuentes, 2022)

Las oportunidades tecnológicas que ofrecen las universidades en sus procesos formativos nuevas oportunidades para el empoderamiento de las mujeres, desde el acceso a la educación en línea hasta la creación de redes de apoyo y plataformas para emprendedoras. La universidad puede ser un catalizador en la enseñanza y uso de tecnologías para la igualdad de género.

Para eliminar las desigualdades de género, es necesario involucrar activamente a los hombres que acaparan ciertos sectores a través de la educación sobre el impacto positivo de las políticas de inclusión y de diversidad. Además, se los debe animar a ser agentes activos de alianzas con estas luchas que las mujeres han llevado durante tanto tiempo en contra de la discriminación, la sexualización de los cuerpos y el sexismo.

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