“La azafata gateó hasta el monte, porque temía que explotara el avión”

Asunción, IP.- El diario Marca de España habló ayer con Víctor Hugo Marulanda, el director deportivo del Atlético Nacional, rival del Chapecoense en esa final de la Sudamericana que nunca llegó a celebrarse: “Fui con el míster, Reinaldo Rueda, a visitar a los supervivientes al hospital. Solo pudimos dialogar con la azafata y el técnico de la tripulación. Dos de los jugadores estaban siendo operados en ese momento y el otro, en la UCI”.

El relato es estremecedor: “En sus rostros -dice Marulanda- aún había secuelas del miedo por el que habían pasado. Estaban en shock y sorprendidos de haber sobrevivido. Ximena Suárez -la azafata- nos dijo que no se acordaba del momento exacto del impacto y que cuando se despertó, tras el golpe, salió a gatas desde dentro del avión y trató de acercarse a la montaña más cercana porque temía que el avión explotara. Olía mucho a aceite y gasolina. Eso nos dijo”.

Marca también se puso en contacto con Reinaldo Rueda, que nos reiteró la propuesta de su club de darle el título a su malogrado rival. Esto nos decía ayer desde Medellín: “Con todo el respeto para nuestra afición, creo que la solidaridad exigía ese gesto que hemos tenido, por encima de la competición”.

Sobre el accidente, nos contó algunos detalles de su visita al hospital a ver a los heridos: “El error de no tener suficiente gasolina es absurdo, increíble. No se puede explicar la magnitud del mismo. Sí me sorprendió que la azafata nos contó que cuando estaba bajando el avión, antes de estrellarse, intentó irse a la delantera de la cabina, y ya había jugadores levantados, presos del pánico. Se quedó atrás y se salvó. Un milagro”.

“Yo mismo fui en ese avión con el equipo hace poco. Era habitual para el club coger ese aparato con el mismo piloto que se estrelló. Era un señor joven, aunque con experiencia. Acababa de tener su segundo niño, me lo contó el otro día cuando me invitó a la cabina. El avión era cómodo, suave, sin ninguna anormalidad. Y la tripulación, boliviana, era amable… ¡No me lo creo!”, explicó Reinaldo Rueda.

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