La OMS y Unicef advierten del daño que genera mantener las escuelas cerradas por el coronavirus

Ginebra.-De forma separada, los organismos hablaron de las consecuencias que sufren los más chicos por las restricciones. Argentina está a punto de cerrar el año sin clases presenciales.

Mientras Argentina se encamina a cerrar el ciclo lectivo prácticamente sin clases presenciales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) defendió este jueves la necesidad de mantener abiertas las escuelas durante la pandemia de coronavirus y considera que se pueden evitar los confinamientos si se aumentan las medidas de protección.

«Debemos asegurar la enseñanza para nuestros hijos», afirmó el director para Europa de la OMS, Hans Kluge, resaltando que los niños y adolescentes no son impulsores principales del contagio y que el cierre de las escuelas no es efectivo.

Kluge señaló también que los confinamientos son «una pérdida de recursos» y que provocan muchos efectos secundarios, como daños a la salud mental o aumento de la violencia de género, y que si el uso de las mascarillas supera el 90 % entre las personas, no serían necesarios.

Desde el inicio de la pandemia en Argentina, en el mes de marzo, el Gobierno decidió el cierre de las escuelas y, pese al reclamo que fue creciendo con el correr de los meses, se mantuvo firme en la decisión de «cuidar la salud» por encima de la posibilidad de que los chicos retomen las clases presenciales.

Recién hace algunas semanas comenzó a habilitar actividades no curriculares en espacios al aire libre, hecho que ya se implementó en la Ciudad de Buenos Aires y en algunos puntos de la Provincia.

En el interior del país, algunas provincias intentaron volver al desarrollo normal de las clases presenciales después de las vacaciones de invierno, como San Juan, pero rápidamente dieron marcha atrás por la aparición de contagios.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advirtió este jueves en un nuevo informe sobre las crecientes consecuencias para los niños a medida que avanza la pandemia de COVID-19.

Si bien los síntomas entre los niños infectados siguen siendo leves, el número de infecciones en este grupo de la población está aumentando y el impacto a largo plazo en la educación, la nutrición y el bienestar de toda una generación de niños y jóvenes puede alterar sus vidas, dijo el informe titulado «Cómo evitar una generación perdida por la COVID».

Publicado antes del Día Mundial del Niño, que se celebra el viernes, es el primer informe de UNICEF que describe de manera integral las terribles y crecientes consecuencias para los niños a medida que la pandemia avanza hacia un segundo año.

«Las interrupciones en los servicios clave y las crecientes tasas de pobreza representan la mayor amenaza para los niños. Cuanto más persista la crisis (COVID-19), más profundo será su impacto en la educación, la salud, la nutrición y el bienestar de los niños. El futuro de toda una generación está en riesgo», dijo la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.

Con respecto a los cierres de las escuelas, el informe dice que si bien los niños pueden transmitirse el virus entre sí y a grupos de mayor edad, existen pruebas contundentes de que, con la implementación de las medidas de seguridad básicas, los beneficios netos de mantener las escuelas abiertas superan el coste de cerrarlas.

«Las escuelas no son el principal impulsor de la transmisión comunitaria, y los niños tienen más probabilidades de contraer el virus fuera del entorno escolar», enfatizó el informe.

Utilizando nuevos datos de encuestas de UNICEF en 140 países, el informe advirtió que las interrupciones relacionadas con la COVID-19 en los servicios sociales y de salud críticos, incluida la nutrición básica, las vacunas rutinarias, la atención ambulatoria para enfermedades infecciosas infantiles, los servicios de salud materna y las visitas domiciliarias de los trabajadores sociales, plantean las amenazas más graves para los niños.

UNICEF hace un llamamiento a sus socios y a los Gobiernos para asegurar la educación básica para los niños, garantizar y aumentar su acceso a la nutrición, el agua potable, el saneamiento y los servicios básicos de salud mental y física (incluidas las vacunas), frenar el aumento de la pobreza infantil y asegurar una recuperación inclusiva para todos.

La agencia también abogó por redoblar los esfuerzos para proteger y apoyar a los niños y sus familias que viven en situaciones de conflicto, desastre y desplazamiento.

«Este Día Mundial del Niño, pedimos a los Gobiernos, los socios y el sector privado que escuchen a los niños y den prioridad a sus necesidades», dijo Fore. «Mientras todos reimaginamos el futuro y miramos hacia un mundo pospandémico, los niños deben ser lo primero».Clarín.

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