Programas sociales ayudan a reducir la intensidad de la pobreza, afirma economista

Asunción, IP.- La economista Verónica Serafini, del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), afirma que los programas sociales implementados por el gobierno podrían estar reduciendo la intensidad o profundidad de la pobreza, debido a que las transferencias monetarias contribuyen a reducir la brecha entre los ingresos propios y las líneas establecidas para determinar la situación pobreza.

El estudio en el que Serafini evalúa la efectividad de los programas sociales de lucha contra la pobreza surge después de que la Secretaría Técnica de Planificación (STP) y la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (Dgeec) dieran a conocer los nuevos datos, que evidencian que actualmente la pobreza extrema afecta a 10,5 por ciento de la población, es decir a 710.000 personas, a pesar de las políticas sociales públicas de reducción de la pobreza implementadas.

La experta señala que los programas específicamente focalizados en las poblaciones en situación de pobreza, como Tekoporã y Abrazo, no tienen como objetivo reducir la pobreza de ingreso. Tekoporã está dirigido a las familias en situación de extrema pobreza y vulnerabilidad que cuenten entre sus integrantes a niños, adolescentes, personas con discapacidad y mujeres embarazadas.

Su objetivo es romper la transmisión intergeneracional de la pobreza, posibilitando que las niñas y niños de estas familias, ejerzan sus derechos para mejorar sus oportunidades futuras . Abrazo es un programa de prevención, intervención y protección a niños, niñas y adolescentes que realizan actividades económicas en espacios públicos, olerías, vertederos y agricultura.

Estos programas buscan crear las condiciones necesarias para que los niños y niñas permanezcan en la escuela y accedan al sistema de salud de manera que, en el largo plazo, el capital humano acumulado les permita romper con su historia de pobreza a través de sus mejores condiciones laborales. Por lo tanto, sus impactos se empezarán a ver recién en el mediano plazo. En el corto plazo deberían tener como efecto una menor deserción escolar, menor incidencia del trabajo infantil y menor prevalencia de enfermedades, afirma.

En segundo lugar, los programas de transferencias monetarias podrían tener impacto en la reducción de la pobreza si las sumas desembolsadas en efectivo fueran suficientes para sobrepasar el costo de una canasta básica de consumo, añade Verónica Serafini.

Las transferencias entregadas por Tekoporã y Abrazo son, en promedio, de alrededor de 200.000 guaraníes, cifra muy alejada de la línea de la pobreza, incluso de la de pobreza extrema. Dicho de otra forma, si quisiéramos que estos programas reduzcan la pobreza de ingreso habría que elevar en más del 50 por ciento los actuales montos de las transferencias en efectivo, afirma la experta.

«Las políticas no son milagrosas. No se les puede pedir que tengan un resultado para el que no fueron diseñadas», enfatiza la economista.

Es necesario cubrir la brecha en el ingreso

Los datos proporcionados por la STP y la Dgeec son de pobreza de ingreso, es decir, cuantifican la cantidad de personas en situación de pobreza según sus ingresos se encuentren por encima o por debajo de un determinado nivel.

Por ejemplo, una vez determinado que el costo mensual por persona de una canasta básica de consumo (o línea de pobreza) ascendía a 626.159 guaraníes en el área metropolitana de Asunción y a 386.388 guaraníes en el área rural en 2014, con esta forma de medir la pobreza, eran pobres todas las personas cuyos ingresos se encontraban ese año por debajo de esos valores.

Por tanto, si se busca que los programas con transferencias en efectivo disminuyan la pobreza de ingreso en el corto plazo, estas transferencias deben cubrir la brecha de ingreso. Es decir, ser suficientes para que los ingresos propios de las familias más las transferencias recibidas superen la línea de pobreza, explica la economista de Cadep.

La pensión alimentaria para adultos mayores que en 2014 fue de 414.000 guaraníes tiene una mayor capacidad para reducir la pobreza, especialmente la extrema, ya que este monto es superior a la línea de pobreza, pero solo en el área rural, no así en las zonas urbanas.

Lo que estos programas sí podrían estar haciendo es reducir la intensidad o profundidad de la pobreza. En el año 2014 los ingresos de la población pobre del país guardaban una distancia de 35,3% de la línea de la pobreza: el porcentaje del valor de la canasta básica de consumo que, en promedio, un hogar pobre no logra cubrir con sus ingresos. Este indicador viene disminuyendo paulatinamente, probablemente debido a la expansión de los programas Tekoporã y de pensión alimentaria para adultos mayores. Pero la medición de la contribución de los programas sociales en la incidencia y en la intensidad de la pobreza requiere estudios actualizados y de mayor profundidad, reconoce la economista.

Se debe ampliar la cobertura

Además, aunque los tres programas que entregan transferencias pudieran tener como efecto potencial la reducción de la pobreza de ingreso, su cobertura todavía es relativamente baja como para afectar el promedio nacional, añade.

La cobertura actual de Tekoporã es de unas 100.000 familias y, según los datos más recientes, existen más de 1.500.000 personas en situación de pobreza, la mitad de ellas en pobreza extrema. Esto significa que el programa debería, por lo menos, duplicar su cobertura para llegar a las familias en pobreza extrema de ingreso y ni aún así cubriría a la totalidad.

La meta del programa Abrazo para 2015 es de 7.700 niños y niñas , mientras que la Encuesta Nacional de Empleo Infantil y Adolescente (ENALP) señala que existen más de 400.000 niños y adolescentes trabajando en el país .

La pensión alimentaria para adultos mayores tiene una cobertura actual de casi 140.000 personas . Si consideramos la cantidad actual de personas adultas mayores en situación de pobreza de ingreso, también este programa debería ampliarse en por lo menos 50 por ciento más.

Los demás programas sociales –salud, educación– tienen un impacto importante en la reducción de la pobreza de ingreso, pero también a mediano y largo plazo.  La política de salud, en particular, es imprescindible para reducir el riesgo de permanecer o caer en la pobreza en el corto plazo debido a la ocurrencia de enfermedades en la familia o la muerte de uno de los proveedores, finaliza diciendo la economista.

Compartir: