Lula llega a España para cerrar gira europea, con el acuerdo UE-Mercosur en la agenda

Madrid.-El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó hoy a España en la segunda y última escala de una gira europea destinada a relanzar relaciones y avanzar en la aplicación del demorado acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur.

Tras cinco días en Portugal, Lula llegó a Madrid en horas de la tarde y su primera actividad fue asistir a un foro empresarial en la capital de España, donde mañana se reunirá con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey Felipe VI.

Las negociaciones por el acuerdo comercial UE-Mercosur se completaron en 2019, pero la ratificación del pacto se ha estancado en el bloque de 27 naciones europeas.

España asume la presidencia rotatoria de la UE en julio, mientras que Brasil asumirá simultáneamente el papel equivalente en el Mercosur, el bloque comercial que también integran Argentina, Paraguay y Uruguay.

Ambas partes se han manifestado ansiosas por finalizar los aspectos pendientes.

El acuerdo Mercosur-UE supondrá la integración de dos mercados con un total de 800 millones de personas, cerca de una cuarta parte del producto interior bruto mundial y más de 100.000 millones de dólares en comercio bilateral de bienes y servicios.

El acuerdo reduciría los aranceles aduaneros y facilitaría el acceso de los exportadores agrícolas al mercado de la UE y de los fabricantes europeos a los países del Mercosur.

La ratificación se estancó debido a las preocupaciones de la UE sobre la deforestación de la selva amazónica en Brasil durante el mandato del predecesor de extrema derecha de Lula, el expresidente Jair Bolsonaro.

La reelección en octubre pasado de Lula, que en enero asumió su tercera presidencia en Brasil con una agenda ambientalista, entre otras cosas, disipó esos temores, según dijeron funcionarios españoles.

Bolsonaro destituyó y recortó poderes a funcionarios ambientales, alentó la extracción ilegal de oro en áreas indígenas y el agronegocio, lo que resultó en un aumento en la deforestación a su ritmo más rápido en dos décadas.

Los temores de algunos países europeos a ver perjudicada su producción también son obstáculos para la aplicación del acuerdo UE-Mercosur.

Francia, por ejemplo -la segunda economía de la UE detrás de Alemania- sigue preocupada por proteger a sus agricultores de los productos importados de América Latina.

El viaje es también una oportunidad para que Lula, uno de los símbolos de la izquierda latinoamericana, alivie las tensiones con Europa tras recientes declaraciones sobre Ucrania.

A principios de este mes, el líder brasileño dijo que tanto Ucrania como Rusia habían decidido ir a la guerra y afirmó que Estados Unidos y la UE, con sus entregas de armas a Kiev, estaban “estimulando” la confrontación, lo que provocó fuertes reproches de ambos.

En Portugal, en su primera conferencia de prensa con su par portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, Lula reiteró el fin de semana que Brasil votó en la ONU una condena a la invasión del territorio ucraniano, negó equiparar a Ucrania con Rusia.

Pero también dijo que cualquiera que no hablara de paz estaba contribuyendo a la guerra.

“Nunca equiparé a los dos países, porque sé lo que es invasión y lo que es integridad territorial. Todos pensamos que Rusia cometió un error y ya lo hemos condenado en todas nuestras decisiones de la ONU. Pero creo que la guerra ya ha comenzado, la guerra debe detenerse ahora. Y, para parar la guerra, tiene que haber alguien con quien hablar”, dijo.

Lula, de 77 años, no ha ido a Ucrania, pero este mes estuvo en China y Emiratos Árabes Unidos y dijo que quería sumar a ambos países a una mediación para poner fin a la guerra.

El socialista Sánchez visitó Kiev el 23 de marzo pasado, en vísperas del primer aniversario de la invasión rusa, y prometió que España, que es miembro de la OTAN, entregaría a Ucrania diez tanques Leopard 2A4 de fabricación alemana.

El presidente brasileño cerró hoy su visita a Portugal, el país del cual se independizó Brasil en 1822, con una nueva condena a la invasión rusa de Ucrania, durante un discurso en el Parlamento que fue interrumpido por diputados de extrema derecha afines a Bolsonaro.

La decena de diputados de la Asamblea de la República que abuchearon al presidente brasileño durante su discurso fueron reprendidos por el titular del Parlamento por «avergonzar el nombre de Portugal», aunque el propio Lula desestimó luego la protesta.

«Condenamos la violación de la integridad territorial de Ucrania. Creemos en un orden basado en el respeto al derecho internacional y en la preservación de las soberanías nacionales», dijo el mandatario brasileño.

Lula presentó un plan de paz para Ucrania que contempla concesiones que ya han sido descartadas tanto por Rusia como por Ucrania y que han generado también rechazo en Estados Unidos y la UE, que dan armas a Kiev para resistir la invasión.

El plan propone que Rusia devuelva a Ucrania la península de Crimea, que se anexó en 2014, pero que ceda los territorios que conquistó en el marco de la invasión lanzada en febrero de 2022.

Además, pide que la OTAN, la alianza militar liderada por Estados Unidos, dé garantías a Rusia de que no seguirá extendiendo sus fronteras hacia el este, renunciando, al parecer, a incorporar a Ucrania.

Rusia dice que uno de los motivos centrales por los que invadió Ucrania es porque Estados Unidos rechazó exigencias de que la OTAN no continuará ampliándose hacia el este de Europa.

«La guerra no puede continuar definitivamente. Las crisis alimentaria y energética son problemas globales. A todos nos afecta las consecuencias de la guerra, es preciso hablar de paz», insistió Lula ante el Parlamento de Portugal, informó la agencia de noticias Europa Press.

Las palabras del presidente Lula, que ya gobernó Brasil entre 2003 y 2010, fueron recibidas con aplausos por las bancadas de la izquierda.

Los doce diputados del partido ultraderechista Chega, sin embargo, se hicieron notar más, golpeando sus escaños, abucheando y portando banderas de Ucrania y carteles que acusaban a Lula de corrupto.

Ante esos desplantes, el presidente de la Asamblea, Augusto Santos Silva, interrumpió a Lula para reprochar su actitud a la ultraderecha, a la que pidió, muy enfadado, que dejara de insultar y «avergonzar» tanto a las instituciones como al «nombre de Portugal».

Al retomar la palabra, Lula dijo que Brasil también sufrió «ideologías extremistas» de «demagogos y negacionistas» que durante la pandemia de coronavirus dejaron unos 700.000 fallecidos, en alusión a su predecesor Bolsonaro.

«La mitad de estas muertes se pudieron haber evitado si no fuese (…) por la ultraderecha de mi país», dijo.

En España, Lula también enfrentará el rechazo de la ultraderecha, que tiene representantes en el Congreso de los Diputados con el partido Vox.

El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, criticó hoy las visitas de Lula y otra que hará el presidente de Colombia, Gustavo Petro, también de izquierda.

En rueda de prensa en el Congreso, Espinosa de los Monteros identificó a ambos con «la estrategia» que busca «extender la ruina, miseria, colectivización y acabar con la libertad y riqueza de los países de ambos lados del Atlántico». Por ello, Vox no participará en ningún acto que se les ofrezca, dijo.

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