Mujeres lideran emprendimiento de posadas turísticas en todo el país

Asunción, IP.-  La Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) destaca que el 90 por ciento  de las Posadas Turísticas del Paraguay está liderada por mujeres. Eso permite en muchos casos, que aquellas personas que hasta ayer se consideraban amas de casa, hoy se hayan convertido en empresarias y lo que hasta hace poco era una actividad extra, sea la actividad principal de estas mujeres.

“Muchos de los 27 destinos que actualmente cuentan con Posadas  en 11 departamentos del país no eran tan conocidos turísticamente, pero hoy forman parte de las opciones de alojamiento con 984 camas”, mencionó la ministra de Turismo, Marcela Bacigalupo.

Las Posadas Turísticas tienen la particularidad de ser atendidas por sus propias dueñas, quienes no solamente se encargan de gerenciar el establecimiento, sino de preparar los platos típicos de nuestra gastronomía nacional y actuar en algunos casos de guía, de madre o enfermera.

El espíritu emprendedor de estas mujeres es un ejemplo vivo para sus comunidades, y por citar solo algunos casos de las 102 posadas que actualmente tiene el Paraguay, queremos rescatar tres de ellos.

Gladys Fessler, Posada “Villa Rosita”, Carmen del Paraná
“Ser propietaria de una Posada Turística para mí implica un gran desafío y a la vez un orgullo como mujer. Como propietaria trato de brindarle lo mejor a la gente que elige mi posada para quedarse, porque quiero que se sientan como en su casa”, explica Gladys.

“La posada nos enseña a convivir con mucha gente, que no son familiares tuyos, pero se convierten en tu familia, porque llegan buscando ese calor de hogar. Muchas veces los huéspedes necesitan de tu apoyo, porque se sienten mal, por algún resfrío o golpe de calor y actuamos de enfermeras, le acompañamos al médico, le compramos medicamentos, le asistimos como a un familiar”, indicó.

“Tenemos que salir adelante, somos madres, esposas y a la vez empresarias. Me siento orgullosa de ser paraguaya y emprender algo que yo siempre quise”, agregó Gladys.

María Galeano, Posada “San Blas”, Valenzuela
“Lo que más puedo destacar de mi trabajo como dueña de una posada es el relacionamiento que llegamos a tener con las personas que llegan a la casa. Este es un trabajo en familia donde todos participan”, argumenta Maria.

“La mayoría de las personas de la comunidad también ayuda al funcionamiento de la posada, porque al llegar un turista le aconsejan dónde hospedarse”, mencionó.

Doña María aconseja a las mujeres que pasaron los 50 años, que se animen, que procuren, que cambien su vida, porque “este es un trabajo que se puede hacer desde la casa y beneficia a toda la familia”.

Marciana Ríos, Posada “Tía Clarita”, Pirayú
“Tener una posada, para mí es un gran logro. Es algo que yo soñaba desde hace mucho tiempo y lo logré. Yo le quiero tanto al lugar donde nací y no quería que la casa de mis padres se eche a perder, entonces decidí compartir esta experiencia con otras personas”, manifestó doña Marciana.

“Desde que funciona la posada en mi casa, me siento más ágil, más lozana, con el apoyo total de mi entorno, la gente del pueblo que me ayuda. Es una gran satisfacción”, dijo.
“Tienen que animarse. Este es un trabajo en familia, que se logra poniendo muchas ganas de superarse”, concluyó.

El Programa de Posadas Turísticas que impulsa la Secretaría Nacional de Turismo está desarrollado en su mayoría por mujeres, incluso las dotaciones que tienen las posadas, como ser cortinas, manteles, hamacas, alfombras y otros son confeccionadas por manos artesanas de muchas mujeres de la localidad de Carapeguá y Pirayú.

Con las manos en la hamaca
Es destacable el trabajo de la artesana Erica Morán, de Pirayú. Ella teje hamacas de manera tradicional, en los bastidores heredados de su bisabuela. La actividad es su única fuente de ingreso y la realiza con ayuda de sus tres hijos, siendo madre soltera.

Le lleva una semana terminar una hamaca que vende a G. 250.000. Ella hace hamacas desde que tiene uso de razón según explicó y de día hace las hamacas y por la noche las terminaciones en crochet.

Busca innovar usando muchos colores, aunque hace muchas cosas sobre pedido, a gusto del cliente. Su profesión la heredó de su abuela y la perfeccionó mediante la pasión que pone a diario para vender sus productos artesanales.

Para ella no hay feriado, muchas veces no puede exponer en ferias artesanales porque eso le significa días de trabajo que no producirá. La pasión y determinación que pone en su oficio le llevaron a pagar la educación superior de dos de sus hijos.

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