Normalidad en la conducta de niños y adolescentes será gradual con el retorno a clases, aseguran

Asunción, Agencia IP.- Tras dos años de pandemia de covid-19, el confinamiento y aislamiento, implicó un cambio en la conducta de niños y adolescentes, por lo que volver a la normalidad será lento y gradual que se logrará con el retorno a clases presenciales, explicó la doctora Nélida Mink, psiquiatra infanto-juvenil.

En el bloque “La Salud Primero”, que se emite en dúplex por Paraguay Tv y Radio Nacional del Paraguay, la profesional de la Dirección de Salud Mental señaló que en esta franja etaria hubo un incremento de casos de ansiedad, miedo y tristeza, al no interactuar con sus compañeros y algunos parientes, sumado a la situación de duelos ante la pérdida de un ser querido, factores económicos en la familia y vulnerabilidad.

“El aislamiento, y el confinamiento en un momento dado, la no presencialidad de clases, fue y sigue siendo, en menor medida, un factor que vulnerabilizó a niños y adolescentes. Estamos a tiempo a cambiar, pero volver a la normalidad será lento y gradual”, afirmó.

“Que vuelvan a presencialidad ayudará a minimizar o gestionar lo que la pandemia pudo haber dejado con el cambiar de horario de sueño, que se vio mucho, también estar más tiempo ante la pantalla por la virtualidad de clases”, sentenció.

Recomiendan mayor empatía

Recalcó que la recomendación desde el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social fue la vuelta a clases, para trabajar en la salud mental de este grupo etario, que se vio visiblemente afectada durante estos dos años de encierro.

“Se recomendó que vuelvan los chicos a clases, porque si uno mira el mundo de niños y adolescentes es la familia y la escuela, implica más allá de lo académico, es interactuar para aprender las relaciones interpersonales, y de eso se vieron privados por mucho tiempo”, mencionó.

La especialista sostuvo que el rol de docentes y padres de familia será fundamental para llevar adelante esta labor. Recomendó a estar atentos y alertas ante algún signo de alarma en los cambios marcados, y sostenidos en el tiempo o situaciones que se vayan repitiendo, afectando en la dificultad de vida, aprendizaje e interacción de los menores.

“El retorno será gradual, hay que estar atentos ante situaciones o conductas que puedan ser diferentes o no habituales en ellos, y mostrarnos con empatía para saber qué está pasando, hablar con ellos para ver alguna solución”, añadió.

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