Ollas populares garantizaron la alimentación de sectores vulnerables en la pandemia, con apoyo estatal

Asunción, Paraguay, Agencia IP.- El trabajo solidario de las ollas populares, era una práctica, que desde hace varios años se venía desarrollando en nuestro país, a fin de asistir con las personas vulnerables; pero ante la llegada de la pandemia de covid-19, que conllevó en una crisis sanitaria con las restricciones, se vio la necesidad de formalizarla como un medio comunitario.

Las instituciones gubernamentales y diferentes estamentos del Estado no se hicieron esperar, a la hora de contribuir con ésta práctica, que en poco tiempo, durante los primeros meses del 2020, se instaló en diferentes regiones de nuestro país.

Es así que el Ministerio de Desarrollo Social encaminó su línea de acción en fortalecer y apoyar esta iniciativa de la comunidad, con la distribución de alimentos no perecederos para las ollas populares.

Estado se adhiere a iniciativa humanitaria

Natalia Ortiz, presidenta del comedor San Isidro del Barrio Santa Lucía, jurisdicción de Puerto Botánico, es una de las tantas mujeres que asume un protagonismo importante en medio de la pandemia con el trabajo solidario en las ollas populares, y quien valora ese aporte fundamental a la hora de preparar los alimentos.

“Comenzamos a asistir a nuestra comunidad por iniciativa propia, ni bien arrancó la pandemia nos organizarnos, incluso mucho antes que se distribuyan los bonos, víveres, o algún tipo de ayuda. Luego fuimos formando redes hasta llegar a la Iglesia que también nos proveyó de alimentos”, sostuvo.

Natalia Ortiz, presidenta del comedor San Isidro del Barrio Santa Lucía, jurisdicción de Puerto Botánico, valoró la ayuda estatal. Foto MDS

“Felizmente hoy el Estado se suma a esta iniciativa humanitaria, y con el apoyo del MDS podemos asegurar, no sólo el almuerzo para personas vulnerables, sino también la merienda y podemos repartir mayor cantidad de raciones”.

Natalia refirió que la provisión de insumos del MDS ha contemplado la inclusión de lácteos, “un alimento que fuimos incorporando a la merienda infantil diaria, más adelante deseamos completar y hacer más sostenida la merienda para los chicos, esa es otra de las metas de la comisión”.

En cuanto a la frecuencia y número de personas que asisten a los comedores señala que se dio un fenómeno característico de la vuelta gradual a la normalidad laboral, con la disminución de comensales adultos y el aumento de los niños que concurren a los comedores.

La apertura de fases obligó a algunos padres a retornar a sus trabajos y en otros casos, salen a buscar una opción laboral porque lo perdieron a causa de la pandemia. Esto generó el aumento de la cantidad de niños que se alimentan de las ollas populares.

“La realidad también es que muchos padres salen a rebuscarse y las ollas significan una solución a una problemática tan básica como es asegurar el alimento diario para sus hijos”, comentó visiblemente sensibilizada.

El Comedor San Isidro asiste a un promedio de 50 persona diariamente, al cual se suman 4 o 6 integrantes del entorno familiar, alcanzando hasta 200 platos diarios.

Si bien el volumen de provisión de insumos no deja de ser importante, lo es también la administración para llegar a cubrir los requerimientos, el promedio de insumos como fideos o arroz utilizados oscila entre 10 a 15 kilos por día. Las personas que acuden se alimentan de las ollas son niños, adolescentes, adultos mayores y personas vulnerables pertenecientes, no sólo a la jurisdicción, sino también de los alrededores.

“Estas personas se fueron sumando debido a la crisis económica, muchas familias perdieron sus trabajos, por eso sostengo que la Ley de Ollas Populares fue sumamente acertada y oportuna para todos, las ollas populares son una respuesta,  ya que la situación económica ha golpeado mucho a las familias  vulnerables y ésta sin dudas es hoy la más importante asistencia para ellas”, concluyó.

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