ONU Mujeres Paraguay: trabajo «invisible» de mujeres evita extrema pobreza

Asunción.- El trabajo «no remunerado e invisible» de las trabajadoras domésticas fue «fundamental para no caer en la extrema pobreza y limitar el impacto de las crisis» vividas en América Latina desde los años 80, según la representante de ONU Mujeres en Paraguay, Florence Raes.

«Las mujeres han desempeñado un papel fundamental, no solo en la casa, que es donde está todo el trabajo doméstico, sino también en la comunidad. Las amas de casa se organizaron en varios países para proveer los servicios que el Estado no ofrecía», recordó Raes en una entrevista con Efe.

Sin embargo, sus aportaciones al hogar, a la comunidad y también al Estado no reciben un salario que reconozca su labor, aunque cada vez más economistas muestran su interés «por esta actividad, que sería la misma que se desarrolla en el sector formal, pero que es completamente invisible».

Raes se refirió a la Encuesta del Uso del Tiempo de Paraguay que evidencia que las paraguayas dedican una media de 18,3 horas semanales al trabajo doméstico no remunerado frente a las 5,3 horas de sus compañeros.

«El próximo paso es ver cómo se formaliza esa contribución y cómo hay que valorarla», apuntó la representante de ONU Mujeres.

Una de las corrientes que existen al respecto apuesta por la cuantificación del tiempo y otra opta por la monetarización.

Raes se decantó por empezar integrando «ese trabajo en el producto interno bruto (PIB)» y plantear políticas públicas de cuidados y de protección social.

«Muchas veces las mujeres tienen a sus hijos jugando, al mismo tiempo hacen la comida y lavan la ropa. Si se valora en términos de tiempo, solamente estaremos dando cuenta de un tipo de actividad, cuando son tres», planteó en relación al debate sobre cómo remunerizar el empleo doméstico.

Al tiempo que se busca una solución, Paraguay camina hacia la formalización de estas labores con el modelo de Uruguay como referencia.

«Uruguay tiene la figura legal de cooperativa social de cuidados, que no es una articulación vía sindicatos, ya que en muchos países, y Paraguay no es una excepción, la organización a través de sindicatos no ha sido un éxito», comentó Raes, optimista con los avances de Paraguay en el modelo cooperativo con vínculos sociales.

No obstante, la solución al problema también pasa por «repartir mejor esas tareas de cuidados entre hombres y mujeres, porque esa es la primera forma de desigualdad de género en la sociedad».

Otra desigualdad aparece en el trabajo fuera de casa, donde el hecho de «tener un diploma (universitario) no se traslada a un acceso al mercado laboral e ingresos iguales (a los de los hombres)».

Por este motivo, Raes se mostró partidaria de aplicar políticas afirmativas, que garanticen la paridad de hombres y mujeres en los puestos de trabajo.

«¿Esperamos que se haga naturalmente y pasen 50 o 100 años, nadie sabe cuánto tiempo, o ponemos una política de discriminación afirmativa durante algún tiempo?», reflexionó Raes y enfatizó que las políticas de cuotas también benefician a los hombres en los sectores en los que se encuentran infrarrepresentados.

La representante de ONU Mujeres en Paraguay apostó por estas medidas, en concreto, cuando se llega a puestos de más responsabilidad.

«El tema meritocrático es un falso argumento, quien llega a ese nivel tiene las mismas capacidades para acceder; lo que muchas veces se ve es que se valoran otros elementos, como la red de contactos, la capacidad de trabajar mucho más allá de las horas de trabajo o de viajar el año entero, y ahí las mujeres están en situación de desventaja», lamentó.

Para Raes, estas políticas no representan una amenaza para el hombre y sostiene que el feminismo busca una igualdad de género en la que entran en juego las «nuevas masculinidades».

«El machismo también es excluyente para los hombres. Tienen que demostrar siempre que son fuertes, que no pueden llorar, no pueden ser cuidadores… Hay una seria de externalidades negativas para los propios hombres. La prepotencia no es una libertad para ellos», afirmó.

Por este motivo, Raes insistió en la educación y la pedagogía durante «una o dos generaciones» para que realmente se perpetúen los logros conseguidos. EFE

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