Pedro Castillo asumió como presidente de Perú

Lima.-Pedro Castillo, el maestro rural de 51 años que venció en el balotaje a Keiko Fujimori, juró este miércoles como presidente de Perú frente a cinco presidentes de la región y el rey de España, Felipe VI.

Ataviado con su tradicional sobrero de paja y ala ancha y un terno con motivos indígenas, Castillo recibió los símbolos del poder del Estado de manos de la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva.

El mandatario, que cumplirá un mandato entre 2021 y 2016, juró «por Dios, por mi familia, por mis hermanas y hermanos peruanos, campesinos, pueblos originarios» ejercer el cargo de presidente de Perú. Agregó que juraba «por un país sin corrupción y por una nueva Constitución”.

Luego de que la vicepresidenta Dina Ercilia Boluarte Zegarra también jurara frente al Congreso, Castillo realizó un discurso en el que agradeció a los miembros de pueblos originarios de América Latina, y recordó los 200 años que se cumplen de la independencia de Perú.

«Somos una cuna de hace 5 mil años en esas tierras», afirmó, además de declarar que esta sería «la primera vez que este país va a ser gobernado por un campesino».

El mandatario electo también hizo un énfasis en el el ámbito de la salud será un aspecto central de su gestión, una tema central que tomó preponderancia debido a los estragos causados por la pandemia de coronavirus.

Perú acumula más de dos millones de contagios y casi 200.000 muertos, siendo el país con mayor tasa de mortalidad del mundo por el coronavirus, con 594 decesos cada 100.000 habitantes.

Una larga cuarentena en 2020 causó la pérdida de más de dos millones de empleos, según cifras oficiales, entre una población de 33 millones, aunque muchos se recuperaron este año. El PIB cayó 11,12% y sumió al país en una fuerte recesión.

Castillo dedicó una parte de su discurso a tratar de aliviar las inquietudes del sector privado y de una buena parte de peruanos que temen un brusco giro hacia el socialismo luego de tres décadas de políticas liberales.

Negó que su gobierno llegara con la intención impulsar una «estatización de la economía», y que no habría una oleada de confiscaciones. Bregó por lograr una economía donde prevalezca el «orden y la predictibilidad, que son la base del crecimiento».

Aclaró, sin embargo, que su objetivo era mejorar los ingresos de las familias más necesitadas, y que el Estado debía cumplir «un rol de supervisión» a empresas que cobraban cifras elevadas por servicios esenciales.  En ese sentido, remarcó que buscaría un «nuevo pacto con los inversores privados».

Hizo también referencia al Lava Jato, al que calificó como un hecho que seguirá repercutiendo en la vida pública de Perú por un tiempo largo. Agregó, a su vez, que si bien numerosos políticos, incluidos ex presidente, habían sido procesados, no había ni «un empresario preso».

«Esto no es correcto», afirmó.Clarin.

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