Principal aliado se mantiene en el gobierno de Dilma

Rio de Janeiro.- Nada de ruptura, por ahora. En medio de fuertes divisiones, Dilma Rousseff recibió el reticente pero necesario apoyo del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), principal aliado del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), una decisión que le da más garantías para superar este convulsionado primer año de su segundo mandato, en el que estuvo al borde del impeachment.

«El PMDB no va a salir. Tenemos que colaborar con el país. Incluso las personas que quieren la salida del gobierno federal quieren colaborar con el país», resaltó la principal figura que el partido tiene en el gobierno, el vicepresidente Michel Temer, durante la apertura del congreso de la agrupación, en Brasilia.

Al llegar al encuentro partidario, los militantes recibieron al vicepresidente con aplausos y gritos de «¡Impeachment ya!» y «¡Brasil para adelante; Temer presidente!». Sin embargo, Temer, que asumiría el poder en caso de una salida abrupta de Dilma, no sólo negó un divorcio del PT en estos momentos de crisis, sino que además rechazó la idea de presentarse como candidato a presidente en las próximas elecciones, dentro de tres años.

«En 2018 tendrá un candidato, pero yo estoy cerrando mi carrera política», aclaró, para desconsuelo de sus correligionarios, el vicepresidente, que además no dudó en elogiar a Dilma. «Hace lo posible e imposible para mantener la unidad nacional», dijo.

Así, aunque en el congreso se aprobó un documento («Puente para el futuro») muy crítico de la actual política económica con eje en un feroz ajuste para recuperar el equilibrio fiscal, el PMDB decidió que postergaría por lo menos hasta marzo cualquier decisión drástica sobre un eventual abandono del gobierno. De cualquier forma, sí se apuntó que el partido tomará distancia del PT y presentará sus candidatos propios en los comicios municipales del próximo año.

Después de fuertes tensiones con el PMDB, el mes pasado Dilma realizó una amplia reforma ministerial en la que entregó al partido aliado las carteras con mayores recursos. La movida parece haber surtido efecto, al menos en parte de la dirigencia del PMDB. No obstante, la segunda personalidad en importancia del partido, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, defendió un distanciamiento mayor del PT y aclaró que continuará siendo crítico del gobierno, como lo ha sido desde principios de este año, cuando se autodeclaró «opositor».

«Nuestra voz no puede ser sofocada por media docena de carguitos», dijo, en referencia a los nuevos puestos conquistados en el gabinete.

A diferencia de Temer, la bienvenida de Cunha al congreso fue más tensa, tanto con aplausos como con abucheos de los militantes. Es que el político está acusado de haber ocultado en cuentas suizas cinco millones de dólares supuestamente provenientes de los sobornos de la red de corrupción en Petrobras; pese a las serias denuncias, él se negó a renunciar al alegar que se trata de una maniobra del gobierno para desprestigiarlo.

Por su cargo, Cunha es el encargado de aceptar o rechazar cualquier pedido de impeachment contra Dilma. Todavía tiene bajo su análisis varias solicitudes que podría desempolvar en cualquier momento, aunque mantuvo reuniones secretas con enviados del Palacio del Planalto, presuntamente para llegar a un acuerdo de «no agresión» mutuo.

Compartir: