Asunción, IP.- Paraguay, en toda su historia, ganó dos Copa América. Fueron las disputadas en 1953 en Perú, pero donde nuestro país era el organizador, y el último es de 1979 y cuando no había una sede fija, sino que los partidos se jugaban ida y vuelta. Manuel Fleitas Solich fue el técnico que condujo a la Albirroja a la primera consagración.
Mientras Ranulfo Miranda dirigió a la Selección Nacional para alcanzar el último título en el torneo más añejo de América. IP Paraguay dialogó con Miranda, quien a sus 90 años se encuentra lúcido y con gran humor, brindó el crédito para la Copa América Centenario a Ramón Díaz, actual adiestrador de la Albirroja.
“Podemos confiar en la Selección Nacional y en la capacidad de su entrenador (Ramón Díaz), porque estoy seguro de que quiere lo mejor para la Albirroja. El profesor Díaz está en permanente diálogo con los integrantes del plantel y hay un compromiso de todos para realizar un buen campeonato y salir adelante”, señaló a IP Miranda.
Agregó que “nuestra Selección Nacional está caminando bien. Mostró cosas interesantes en el último amistoso con México. Ojalá que se pueda aumentar el entusiasmo y realizar una buena Copa América”.
Recordó que “son recuerdos muy gratos los que me vienen en la memoria de aquella Copa América de 1979 que ganamos con la Selección Nacional. El fútbol paraguayo estaba casi dormido y nos levantó un poco. Es una gran satisfacción rememorar esos momentos inolvidables”.
Tras una pausa, el entrenador campeón significó que “la disciplina fue fundamental para llegar al objetivo, porque un equipo organizado siempre logra cosas importantes. Esa vez nosotros tuvimos la suerte de disciplinar de la mejor manera el plantel. Todos éramos conscientes de que lo podría ocurrir”.
Admitió que “el interés que teníamos como cuerpo técnico, los directivos y también los futbolistas fueron factores determinantes. El objetivo era que Paraguay tenga su oportunidad de surgir en el mundo futbolístico”.
Mencionó que “nosotros teníamos una hora de charla con todos los futbolistas y allí enfocábamos todo lo que podría ocurrir y a qué cosa nos comprometíamos. El interés de cada uno de los jugadores era que Paraguay trascienda en el mundo por fútbol”.
Afirmó que “el partido más difícil fue con Brasil, porque siempre era y sigue siendo una potencia en el fútbol en Sudamérica, pero los futbolistas pusieron todo el esfuerzo y conseguimos la victoria”.
Destacó que “el entusiasmo el futbolista lo lleva muy dentro suyo, de la raza. El jugador paraguayo era consciente de que no había mucho en lo económico, pero sí hubo mucho amor propio para defender la camiseta de la Selección Nacional”.