Se termina la «guerra sucia» y los peruanos se disponen a elegir presidente

Lima.-Fue una campaña tan plagada de agravios como de escasas propuestas. Se vota el domingo.

Se acabó la «guerra sucia» de una campaña tan plagada de agravios como de escasas propuestas. Todos los candidatos a presidente harán hoy sus últimos actos con gran pompa y despliegue para convencer a un 30 por ciento de los votantes que, según las últimas encuestas (siempre poco confiables en el Perú), aún no definió su voto de cara a la primera vuelta de las elecciones presidenciales del domingo.

Unos 23 millones de peruanos deberán comenzar a elegir al sucesor de Ollanta Humala para enfrentar tres problemas clave: el incremento de la inseguridad, la reactivación de la economía y la resolución de conflictos sociales vinculados con la minería y el medio ambiente.

Fiel al estilo peruano, la campaña fue caótica. Tan caótica y desordenada, que entre renuncias y expulsiones, de los 19 candidatos que iniciaron la pelea electoral en enero sólo quedan 10, entre ellos un ex gobernador regional que está en la cárcel a acusado de corrupción y que tuvo que pedir autorización para salir del penal para poder participar en el debate televisivo del domingo pasado.

“Nunca antes habíamos vivido algo así. Habría que revisar eso”, dice a Clarín Jorge, un mozo de un bar de la acomodada zona de Miraflores. “Eso” no es otra cosa que la nueva ley de partidos políticos que entró en vigencia en enero, cuando ya se había entrado en la recta final de la campaña.

Esa norma, que en principio fue promovida para fortalecer a los partidos, generó un verdadero desbarajuste que acabó con las aspiraciones de dos grandes favoritos y tuvo en vilo nada menos que a Keiko Fujimori y a Pedro Pablo Kuczynski (PPK), los dos con mayores posibilidades de disputar el balotaje el próximo 5 de junio.

En marzo, la picota cayó sobre el entonces candidato de la Alianza para el Progreso, el empresario César Acuña, uno de los favoritos, por entregar dinero en actos de campaña. No era la primera vez que lo hacía: en mayo de 2013 se dio a conocer un video en el cual Acuña proponía a miembros de su partido “comprar votos” para lograr su reelección como alcalde de Trujillo, presuntamente utilizando fondos públicos. Acuña admitió el hecho pero, eso sí, dijo que no lo hizo con la plata de todos.

Unos días después le tocó el turno a al economista Julio Guzmán, quien entonces iba segundo en los sondeos: se quedó afuera por incumplir normas administrativas durante las elecciones internas de su partido, Todos por el Perú, todo un preciosismo.

Advertidos de los que podría pasar con el resto de los candidatos, comenzó una guerra de denuncias contra los que aún quedaban en carrera. Y la guadaña casi alcanza la semana pasada a Keiko Fujimori y a PPK, a quienes se acusó de que en sus actos proselitistas se repartía dinero o regalos a cambio del favor del voto. Por suerte para ellos, el Jurado Nacional de Elecciones no hizo lugar a las denuncias y pudrieron llegar al final de esta campaña para la primera vuelta.

De los diez que quedaron, apenas cuatro o cinco candidatos tienen reales posibilidades: Keiko, PPK, la candidata de izquierda Verónika Mendoza y el derechista Alfredo Barnechea. El resto, apenas figura en el rubro “otros”, entre ellos dos viejos pesos pesados de la política peruana: los ex presidentes Alan García (1985-1990 y 2006-2011) y Alejandro Toledo (2001-2006).

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