Seguridad reforzada y el temor a una abstención récord marcan la recta final

 

Caracas.-Los cuatro principales candidatos franceses se pisaban los talones en las encuestas a sólo cuatro días de la primera vuelta presidencial, rodeados por medidas de seguridad reforzadas tras el desmantelamiento de un plan de atentado ayer y acosados por el temor de una abstención récord.

Los últimos sondeos publicados por las consultoras Cevipof y BVA pronosticaron una abstención de entre 28 y 20%, respectivamente. El temor por esta cifra no es casual, ya que el nivel récord en una elección presidencial se registró en 2002 con un 28,4% y fue uno de los elementos que permitió que el histórico lider neonazi, Jean-Marie Le Pen, llegara al balotaje contra el conservador Jacques Chirac.

Con más de un cuarto del padrón electoral potencialmente alejado de las urnas, los cuatro candidatos con más chances se llevan muy poca diferencia y, por eso, el resultado final sigue abierto, informa Télam.

Según los pronósticos, el liberal independiente Emmanuel Macron se mantiene primero con una intención de voto del 23% y lo sigue muy de cerca la ultraderechista Marine Le Pen con un 22,5%. Un poco por detrás aparece el conservador Francois Fillon con un 19,5% y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon con un 19%.

Si Le Pen pasa finalmente al balotaje, todos los sondeos sostienen que perderá contra cualquiera de los tres candidatos. Sin embargo, si el par que se impone en la primera vuelta no la incluye, el escenario se vuelve más complejo y menos certero.

Por eso, los cuatro favoritos están dejando todo en esta recta final de la campaña, recorriendo el país y organizando actos masivos casi todo los días para garantizarse un lugar en la segunda vuelta del 7 de mayo próximo.

Y lo hacen pese a que la Policía reforzó las medidas de seguridad en todo el país, luego de que ayer se anunciara el desmantelamiento de un plan de atentado en Marsella, en el sur del país, y detuviera a dos sospechosos.

La Policía informó hoy que en una escala de 1 a 4 (1 es el nivel de amenaza más inminente) Fillon es un número 2, Le Pen un 3 y Macron y Mélenchon un 4, según la agencia de noticias EFE.

Por eso, los mayores dispositivos de seguridad durante la jornada fueron los que siguieron a Fillon en París y a Le Pen en Marsella.

El primero tenía planeado visitar junto a su principal rival en las primarias, el ex ministro Alain Juppé, una escuela técnica en la capital, pero ante la amenaza de protestas, decidieron cambiar el escenario y elegir una empresa de música online.

«Doy de nuevo mi apoyo a Fillon (…) Soy alguien fiel a mi familia. Quiero evitar un segundo turno de pesadilla: Le Pen-Mélenchon», aseguró Juppé ante la prensa antes de comenzar la visita.

Sin embargo, no todos en el campo conservador pusieron primero su miedo a un balotaje entre la ultraderecha y la izquierda, ya que muchos eligieron abandonar al ex primer ministro Fillon, un candidato manchado por una reciente imputación por corrupción y por un sinfín de denuncias del mismo estilo, y sumarse a las filas del joven Macron.

Le Pen, en tanto, eligió hacer un nuevo acto en Marsella frente a 8.000 simpatizantes, custodiada por 300 policías y gendarmes, incluidos agentes de civil y tiradores de élite, según la radio France Info.

La candidata del partido xenófobo y anti europeísta Frente Nacional centró, otra vez, su discurso en la necesidad de más seguridad y de fronteras cerradas frente a la inmigración, mientras que su sobrina y diputada por la misma fuerza, Marion Maréchal Le Pen, fustigó a la izquierda, e indirectamente a Mélenchon, por no condenar el islamismo.

Por su parte, el único candidato que se define como de izquierda y progresista eligió recorrer la ciudad de Lons-le-Saunier, en el este del país, al noroeste de la ciudad suiza fronteriza de Ginebra.

Mélenchon visitó una pequeña fábrica que se dedica a reciclar los residuos electrónicos y habló con los operarios sobre el funcionamiento del lugar y sus necesidades económicas.

Más tarde, en un acto electoral, el veterano candidato no esquivó el creciente debate sobre la seguridad nacional -especialmente después de dos años de varios atentados-, pero sostuvo que la solución no es mantener el estado de emergencia -como hace el presidente socialista Francois Hollande- y ratificó su promesa de abandonar la OTAN si es elegido.

Macron tampoco quiso esquivar al tema de la seguridad nacional, especialmente hoy que estuvo acompañado por el actual ministro de Defensa, el socialista Jean-Yves Le Drian. El joven favorito no sólo fracturó la unidad del sector de los conservadores, sino que también dividió al oficialismo socialista, del que él también fue parte como ministro de Economía hasta el año pasado.

El ex funcionario reunió a una pequeña multitud en Nantes, en el oeste del país, y junto a Le Drian, prometió poner fin al terrorismo y a los que quieren sembrar «discordia» en el país.

 

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