Theresa May busca en Bruselas un salvavidas para el Brexit

Bruselas.-Tras superar el voto de confianza de su partido, la premier británica participa de la cumbre de la Unión Europea y busca cerrar un acuerdo. El bloque se niega a renegociar lo pactado.

Theresa May salvó el cuello político el miércoles a la noche, pero en Bruselas le espera este jueves un muro: no se cambiará el acuerdo del Brexit ni la declaración política que lo acompaña ni mucho menos la solución encontrada para el diferendo de la frontera norirlandesa, que hará que el Reino Unido siga agarrado a la unión aduanera europea, impidiéndole firmar tratados comerciales con terceros países, hasta que tenga su propio acuerdo comercial con la UE.

May intentará en Bruselas conseguir que sus socios le den una mano en forma de declaración para volver a Londres e intentar «vender» que ha torcido el brazo a 27 gobiernos. Los europeos desconfían porque saben que no hay cesión que contente a los eurofóbicos que empujaron hacia el Brexit. La primera ministra chocará con una barrera insalvable porque lo que quiere va contra los intereses de Irlanda. Y la UE defenderá siempre los intereses de sus miembros por delante de los de un país que abandona el club.

La Comisión Europea negocia desde el martes con enviados de May para intentar buscar alguna fórmula que ponga por escrito que la UE no pretende mantener sujeto eternamente al Reino Unido.

Los europeos se niegan en cambio a renegociar el acuerdo. Las declaraciones de la mañana del jueves sólo repiten las de los últimos días: “No hay espacio para renegociar”, “queremos ayudar pero no se puede tocar el acuerdo”. Angela Merkel, que sigue llevando la voz cantante, lo había advertido desde el martes: “Alemania no tiene ninguna intención de renegociar”.

Esa negativa a reabrir un texto de 585 páginas es compatible con el intento de dar una mano a May, así que los otros 27 dirigentes escucharán qué les pide la premier para conseguir que el acuerdo sea aprobado en el Parlamento británico.

El margen es mínimo y tras reunirse con May lo harán sin ella para ver qué pueden concederle. Bruselas estudia hacer alguna declaración política por escrito que “aclare” partes del acuerdo siempre y cuando no contradiga el mismo. Ese texto no sería legalmente vinculante, apenas una promesa política que poco cambiará en Londres.

El documento que podría ser aprobado este jueves y que May debería usar para convencer a sus diputados está todavía abierto a cambios, principalmente a la espera de que Irlanda lo acepte o decida endurecerlo. Londres querría, según fuentes diplomáticas, que la salvaguarda para la frontera norirlandesa decayera tras tres años, pero el texto por ahora no contiene fechas.

Sólo asegura que “el Consejo Europeo subraya que la salvaguarda no representa el objetivo deseado por la Unión” y que “sólo se usa como un seguro” porque “la Unión tiene la firme determinación de trabajar rápidamente en el acuerdo” de la futura relación. El documento añade que en caso activarse esa salvaguarda “sólo se aplicaría temporalmente y sólo hasta que se logre ese futuro acuerdo”.

Las cancillerías europeas no quieren una ruptura sin acuerdos pero todas saben que en ese escenario son los británicos los que tendrían mucho más que perder, así que cargan la responsabilidad en May: este acuerdo, ningún acuerdo y un destrozo económico y político histórico o revocar el Brexit.

Ante la dificultad de la primera ministra británica para salvar el acuerdo y los apenas tres meses y medio que faltan para la salida británica, los europeos dan cada vez más publicidad a sus preparativos para una ruptura abrupta. Parte de la cumbre de esta noche, ya sin Theresa May, se dedicará a revisar lo que se ha hecho hasta ahora y lo que falta por hacer para preparar al bloque ante esa hipótesis.

Los europeos también discutirán en qué condiciones concederían a Londres una extensión del plazo del Brexit. El gobierno británico tendría que pedirlo y explicar para qué. Si es para organizar unas elecciones anticipadas o un segundo referéndum nadie entendería que fueran demasiado rígidos. Pero los gobiernos europeos no aceptarían esa extensión si es únicamente para ganar tiempo sin un fin determinado.

Además, Bruselas no quiere que la extensión sea superior a un par de meses porque se iría más allá de la fecha de las próximas elecciones europeas (26 de mayo), en las que ya no está prevista la participación británica.Telam.

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