Una debilitada Xiomara Castro toma posesión como presidenta en Honduras

Tegucigalpa.-La izquierda regresa al país centroamericano, pero una parte de su partido maniobra para restarle poder en el Congreso. Antes de tomar posesión del cargo ya expulsó a 18 diputados de su formación.

Al frente del partido Libertad y Refundación (Libre), Castro, de 62 años, había logrado una victoria por goleada en los comicios de noviembre terminando de esta forma con el secular bipartidismo. Con su triunfo en las elecciones más votadas de la historia, Castro logró la presidencia, el mayor número de diputados y las principales ciudades: Tegucigalpa y San Pedro Sula. Tan histórico como los resultados, lo es también el hecho de que una mujer llegue a lo más alto en uno de los países con mayor número de feminicidios del continente.

Consciente de su contundente victoria, la comunidad internacional se dispuso a arropar su llegada al poder y diversas personalidades anunciaron su llegada al país centroamericano entre ellos la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris; el rey de España, Felipe VI; el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, o la vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner.

La izquierda del continente celebra la llegada al poder de la esposa del derrocado Manuel Zelaya como una pieza más de un engranaje del que forman parte Gabriel Boric en Chile y también aspiran a hacerlo este año Lula Da Silva y Gustavo Petro si, como dicen las encuestas, logran la victoria en Brasil y Colombia, respectivamente.

Todo estaba dispuesto para una gran celebración este jueves en Tegucigalpa hasta que la división interna terminó de aguar la fiesta con una bronca, también histórica, en la que varios miembros de su partido se pelearon en la tribuna del Congreso.

Los insultos y empujones ante los ojos de todos el país evidenciaron la división que rodea su llegada al poder. La imagen más clara de su debilidad es la reunión que mantuvo con Jorge Cálix horas antes de la ceremonia. Si hace unos días lo llamaba “traidor”, este miércoles le ofreció un puesto en su Gabinete para permitir que el puesto lo ocupara su candidato Luis Redondo.

Así las cosas, hasta unas horas antes de la toma de posesión Castro negociaba in extremis un acuerdo que salvara el evento más importante de su carrera política.

En el origen de la disputa que amenaza con amargar su toma de posesión están las distintas corrientes que le ayudaron a ganar las elecciones y que ahora conviven en su gobierno. Un acuerdo previo a los comicios entre Libre y el partido de Salvador Nasralla (PSH) establecía que el popular presentador de televisión no se presentaría a los comicios como candidato si a cambio Castro le garantizaba la vicepresidencia de Honduras y la posibilidad de elegir la directiva del Congreso.

Finalmente, Castro obtuvo 50 curules y Nasralla diez por lo que no alcanzan la mayoría simple para refrendar el pacto. Aprovechándose de esto, 20 diputados de Libre se unieron a 44 del Partido Nacional y otros grupos más pequeños para nombrar a Jorge Cálix como presidente del Congreso con su propia Junta Directiva. La reacción de Castro fue expulsar del partido a 18 de los 20 legisladores después de que dos se retractaran.El Pais.

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