Urgente llamado a proteger la naturaleza en octavo día de novenario

Caacupé, IP.- El monseñor Pedro Jubinville, de la diócesis de San Pedro, hizo un urgente llamado a proteger la naturaleza en Paraguay ya que, según afirmó, “la deforestación ya desfiguró nuestro país”. Fue en el octavo día del novenario a la Virgen de Caacupé.

Con el lema: “Los jóvenes llamados a preservar la tierra y garantizar su fertilidad para las generaciones futuras”, la homilía de este lunes se centró en el compromiso de los cristianos de proteger nuestra “casa común” y promover modelos económicos más solidarios.

Jubinville afirmó que es cierto aquello de que estamos dejando un medioambiente arruinado a las nuevas generaciones, por lo que es urgente tomar el compromiso de, primeramente acabar con la negación, y segundo realizar acciones concretas para revertir esta realidad. “No podemos escondernos, los problemas son muy serios acá en Paraguay”, dijo.

Señaló que “por más energía limpia que tengamos y algunas hectáreas de eucaliptales recién plantados, la deforestación ya desfiguró nuestro país, la basura nos está sumergiendo y estamos en un proceso acelerado de deterioro de los suelos y de contaminación del agua”. “No podemos negar, no debemos negar”, insistió.

El religioso recordó algunos puntos de la encíclica del Papa Francisco Laudato Si’ sobre el medioambiente, particularmente donde se refiere a los cultivos transgénicos. Ese documento afirma que estos cultivos han generado «dificultades importantes que no deben ser relativizadas» como la concentración de tierras productivas en manos de pocos, el desarrollo de oligopolios en la producción de granos y la dependencia de los campesinos de estas empresas.

Jubinville advirtió que «esto pasa aquí, está pasando en Paraguay, pasa en San Pedro y en otros departamentos».

Indicó que el mensaje central de la encíclica es que hay una compleja crisis socioambiental y que las líneas para su solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente cuidar la naturaleza.

“Nuestro sistema económico tiene su propia lógica, pero no podemos seguir consumiendo las riquezas del planeta como si fueran ilimitadas, no podemos seguir acumulando riquezas de manera tan desigual, no podemos seguir descartando recursos acumulando un inmenso basural y sobre todo no podemos tratar a la gente como basura descartable”, dijo.

Recordó que la encíclica papal también recoge un mensaje de los obispos paraguayos de 1983 sobre el «derecho natural de todo campesino a poseer un lote racional de tierra donde establecer su hogar, trabajar para la subsistencia de su familia y tener seguridad existencial”, derecho que debe estar garantizado por parte del Estado.

Finalmente manifestó que el Papa cuenta especialmente con los jóvenes para contribuir a “sanar” la naturaleza y afirmó que para ello es necesario combatir las corrupciones del hombre. “No habrá ecología renovada ni economía solidaria mientras siga el egoísmo y el afán de lucro, no tendremos una casa común habitable si no restauramos nuestra vivencia comunitaria mediante la reconciliación y el perdón”.

Destacó que muchos de los jóvenes de este tiempo son muy sensibles a la protección de la naturaleza y los alentó en sus esfuerzos “por una tierra más equilibrada y humana”.

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