Moscú.-El presidente ruso Vladimir Putin reconoció este lunes que el atentado del viernes pasado en una sala de conciertos de Moscú, donde murieron más de 130 personas, reivindicado por el grupo ISIS k, fue cometido por «islamistas radicales» pero insinuó de nuevo que podrían tener relación con Ucrania.
Este martes el jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Alexandr Bórtnikov, fue un paso más allá y acusó a Ucrania de haber participado «directamente» y a Occidente de estar implicado en el atentado.
«Consideramos que el acto lo prepararon los islamistas radicales y, naturalmente, contribuyeron a ello los servicios secretos occidentales», dijo a las agencias locales Bórtnikov, quien agregó que los servicios de inteligencia de Ucrania tuvieron una «relación directa» con el ataque.
Seguidamente, admitió que Moscú aún no ha podido establecer a ciencia cierta la identidad de los que encargaron el ataque y que toda la información a disposición de los servicios de seguridad es de «carácter general».
«A grandes rasgos consideramos que ellos están implicados en ello», subrayó, al responder a una pregunta sobre la responsabilidad de Kiev.
Destacó que el FSB sabe que «la parte ucraniana participaba en la instrucción y adiestramiento de combatientes en Oriente Medio».
«Los bandidos tenían intención de fugarse por la frontera. Justo al territorio de Ucrania. Según nuestros datos operativos preliminares, allí los esperaban (…) Y les cuento un secreto: al otro lado los querían recibir como héroes», detalló.
Abogó por declarar «organización terrorista» el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y consideró «objetivo legítimo» el jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kirilo Budánov.
Bórtnikov admitió que Estados Unidos les avisó sobre un posible atentado terrorista en Moscú, pero añadió que le hubiera gustado que la información «fuera más concreta».
Recordó que lo mismo pasó en 2017 cuando un atentado suicida mató a 16 personas en el metro de San Petersburgo.
El jefe del FSB hizo estas afirmaciones después de que Putin sugiriera el lunes la existencia de una mano negra ucraniana en el atentado, pese a que el ataque fue inmediatamente reivindicado por el Isis.
«Y los nazis, como es bien sabido, nunca han tenido reparos a la hora de emplear los medios más sucios e inhumanos para lograr sus objetivos», dijo durante reunión con miembros del Gobierno y las fuerzas de seguridad que fue transmitida en directo por la televisión. Rusia acusa al gobierno de Volodimir Zelenski de «nazi», a pesar de que éste es judío.
Putin se negó a aceptar a pies juntillas la hipótesis presentada por los servicios de inteligencia occidentales de que el atentado es obra del Estado Islámico de la Provincia del Jorasán (ISPK, por sus siglas en inglés).
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han exhortado al Kremlin a descartar como hipótesis la participación de Ucrania en el ataque terrorista del viernes.
El Tribunal Basmanni de Moscú decretó este martes la prisión preventiva de dos meses para un octavo presunto implicado en el ataque terrorista.
Un grupo de personas vestidas de camuflaje han entrado al lugar con armas de asalto y han abierto fuego justo antes de comenzar el concierto del grupo Picnic, a las 20.00 horas en Moscú.
Se trata de Alisher Kasímov, de 32 años, un ciudadano ruso de origen kirguís que, según la investigación, alquiló su apartamento a los presuntos autores de la matanza.
De acuerdo con los últimos datos oficiales, el atentado en la ciudad de Krasnogorsk, unos 20 kilómetros al noroeste del centro de Moscú, ha dejado al menos 139 muertos y 182 heridos.Infobae.