Asunción, Agencia IP.- La comunidad indígena Chupa Pou, fundada en 1979 en la cuenca del río Jejuí Guazú, celebra su 45º aniversario con un renovado enfoque en la educación tecnológica y el desarrollo sostenible, mientras continúa recuperándose de los desafíos históricos que casi la llevaron a la extinción.
Hace 45 años, un grupo de pioneros, con el apoyo de misioneros y antropólogos, estableció la comunidad indígena Aché en la cuenca del río Jejuí Guazú. Lo que comenzó como un pequeño asentamiento, hoy se ha convertido en una vibrante comunidad de 800 personas, que continúa enfrentando desafíos pero avanza con determinación hacia un futuro más próspero.
La historia de la comunidad Aché está marcada por episodios de genocidio y despojo, que en la década de 1970 redujeron su población a apenas 360 personas. Sin embargo, en un ejemplo de resistencia y recuperación, la comunidad ha logrado reponerse, duplicando su población en los últimos años.
Este aniversario no solo es un momento para recordar su fundación, sino también para mirar hacia adelante. Los líderes comunitarios han anunciado ambiciosos planes para establecer una universidad tecnológica sostenible en la región. El objetivo es brindar acceso a una educación de calidad para los jóvenes indígenas y aquellos de comunidades vecinas, permitiéndoles obtener un título académico sin tener que abandonar su tierra natal. La universidad planea ofrecer becas para estudiantes indígenas, mientras que los no indígenas podrán acceder mediante el pago de cuotas.
«Estamos en un tiempo de innovación», expresó uno de los líderes comunitarios. «Hay que aprender a utilizar internet, investigar sobre nuestra historia y hablar con los abuelos. Es una herramienta importante para la educación de nuestra comunidad».
Además, la comunidad se dedica a la agricultura de autoconsumo, con cada familia manteniendo su propio cultivo. Esto asegura la alimentación de los habitantes, mientras genera ingresos para la colectividad.
El compromiso con la educación va más allá de la construcción de la universidad. Uno de los miembros destacados de la comunidad está trabajando en una tesis sobre la importancia del compromiso de los padres en la educación de sus hijos, y ha expresado su deseo de estudiar cinco carreras universitarias, comenzando con el profesorado.
Capacitación tecnológica y donación de tablets impulsan el desarrollo educativo en Chupa Pou
En un avance reciente, la comunidad ha recibido un importante apoyo del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (MITIC) y la agencia española Puentia. Este lunes, se llevó a cabo un taller de capacitación en el uso de tecnología, especialmente para el manejo de tablets, en el Colegio Técnico Agropecuario Ache Kreyby y la Escuela 5788 Kreybu. Durante la jornada, niños, adolescentes y adultos de la comunidad aprendieron a utilizar las tablets para potenciar sus estudios e investigar sobre sus ancestros. Esta donación incluye 8 tablets, facilitadas por Puentia, y marca un paso significativo hacia el desarrollo tecnológico de la comunidad.
Marciano Chevugui, líder juvenil de Chupa Pou, destacó la importancia de las tablets: «Para nosotros es muy importante esta donación, especialmente para los niños de la comunidad, ya que hoy sin tecnología no podemos avanzar. Queremos una educación de calidad y para eso necesitamos herramientas como estas tablets que nos permitirán acceder a información y recursos educativos de todo el mundo».
La capacitación también hace eco de investigaciones históricas sobre la comunidad Aché, como las realizadas por el antropólogo Pierre Clastres, quien documentó la vida de los Aché en los años 60. Clastres, discípulo de Claude Lévi-Straus, vivió con los Aché y su trabajo ha sido fundamental para comprender la compleja historia y cultura de esta comunidad.
Eduardo Álvarez, director de Puentia, explicó que la entrega de las tablets forma parte del compromiso de su firma con la inclusión y la transformación en comunidades indígenas. El MITIC actuó como el articulador entre Puentia y la comunidad, identificando las necesidades y facilitando la entrega que beneficiará a 165 familias.
La celebración del aniversario de la comunidad es un testimonio de su resiliencia y capacidad para superar la adversidad. Hoy, más que nunca, los Aché miran hacia el futuro con esperanza y determinación, buscando apoyo para continuar su camino hacia la innovación y el desarrollo.
En un país donde las comunidades indígenas a menudo enfrentan enormes desafíos, la historia de la comunidad Aché es un faro de esperanza. Su lucha por la supervivencia, su dedicación a la educación y su visión para el futuro son ejemplos inspiradores de lo que se puede lograr con resiliencia y unidad. A medida que celebran su 45º aniversario, invitan al mundo a apoyar sus esfuerzos para construir un futuro mejor para las generaciones venideras.